segunda-feira, 7 de fevereiro de 2022

Zarzuela: La del Manojo de Rosas

Sainete lírico en dos actos, divididos en seis cuadros.
Libreto de Francisco Ramos Castro y Anselmo C. Carreño.
Música de Pablo Sorozábal.
Estrenada el 13 de noviembre de 1934 en el Teatro Fuencarral de Madrid.

La acción tiene lugar en Madrid en 1934.


ACTO UNO


Plazoleta de un barrio aristocrático de Madrid, con perspectiva de rascacielos. En una placa colocada en lugar visible se leerá: «Plaza Delquevenga». En la casa del fondo, bar moderno, con forillo de mostrador, y en la puerta, sillas y veladores. A la izquierda, primer término, ochavada hacia la batería, portada de tienda de florista, con flores y útiles propios de la industria.

A su derecha, escaparate con luna hasta abajo; sobre una mesita que habrá a la puerta, varios tarros con flores. En el primer término del lateral opuesto, fachada de garaje con gran puerta de medio punto, y sobre ella, este letrero: «Auto Salvador», y debajo, «Se hacen reparaciones». En un cartelón colgado en sitio adecuado, este aviso: « Trae usted una ratonera y se lleva un Rolls». En la muestra del bar, este rótulo, en letras luminosas: «Honolulú». Y en un cartel visible: «Se habla inglés... pero muy bajito».


(En el bar está el Espasa, camarero, de unos 35 años, pasando un paño por las mesas y colocando en orden las sillas de la calle. Dialoga con Don Daniel, el cual está sentado junto a la mesita de la tienda de flores. En la puerta del garaje, Joaquín infla un neumático de automóvil, y el Capó sigue sus movimientos limpiándose el sudor)


(Música)



Introducción y presentación de Asunción


EL DEL MANTECAO

(Dentro)

¡Mantecao helao!

¡Rico mantecao!


DON DANIEL

Ya está aquí el pelmazo

de todos los días.

¿Se entera usted, Espasa?


ESPASA

Ya lo he vislumbrao.


(A dos parroquianos que se van a sentar junto a un velador)


¿Ustedes qué toman?


EL DEL MANTECAO

(Dentro)

¡Mantecao helao!


PARROQUIANO PRIMERO

Oye tú, García.


PARROQUIANO SEGUNDO

¿Qué se t'antojao?


PARROQUIANO PRIMERO

¿Tú qué opinarías

si en vez de la caña

que hemos concertao,

vamos a la esquina

por un mantecao?


PARROQUIANO SEGUNDO

Pues yo te diría

que eso está sembrao.


PARROQUIANO PRIMERO

Andando, García.


(Salen andando, sin despedirse, por la derecha)


ESPASA

¡Ya se han esfumao!


DON DANIEL

¿No se lo decía?


ESPASA

¡Ya se han esfumao!


(A Joaquín)


¿Va cogiendo aire?


JOAQUIN

Algo ya va entrando,

pero con la soba

que me estoy pegando,

muy poquito a poco

me voy liquidando.


CAPO

Sólo con mirarle

estoy yo sudando...


JOAQUIN

Vamos, tú, chavea

salte ya del quicio,

para que se vea

que eres del oficio.


ESPASA

Tómese una caña,

haga un sacrificio.


EL DEL MANTECAO

(Dentro)

¡Mantecao helao!


JOAQUIN

(Soltando la bomba)

No, porque he pensao

ir a convidarme

con un mantecao.


(Mutis por la derecha)


ESPASA

¡Otro supersólido

que me ha escangayao!

¡A ese del carrito

le dejo yo kao!


(Don Daniel le sujeta. La orquesta ataca la frase de La Revoltosa que da título a este sainete, y aparece por la derecha Ascensión, con varios manojos de rosas en la mano. Se dirige a su tienda sin reparar en el Espasa y en Don Daniel, que la miran con admiración. Deja las flores sobre la mesa y las va colocando en diferentes cacharros, al tiempo que canta)


ASCENSION

Dice la gente de barrio

cuando pasa mi persona:

«Tiene carita de pena

la del Manojo de Rosas».

También me dicen los hombres,

cuando pasan por mi tienda,

que soy de todas las flores

la rosa más estupenda.


ESPASA

(Seguido de Don Daniel)

Helénica Ascensión,

tribúnica mujer...

Mi náutica ilusión

naufraga en tu querer.


DON DANIEL

(Echándole a un lado)

Mi chica es un manjar

difícil de comer;

quien quiera de él probar,

apuesto habrá de ser

.

CAPO

(Que se ha acercado sin ser visto)

Apuesto mi jornal

a que este serafín

ha puesto su querer

en el señor Joaquín.


TODOS

¡En el señor Joaquín!


ASCENSION

Ni en el señor Joaquín

ni en «El rey que rabió»,

porque este serafín

con nadie se embarcó.


(Hablado sobre la música)


Y vamos a no tirarme chinitas al tejao, que lo tengo de vidrio, y alguno se puede cortar con los cristalitos


(Cantado)


LOS TRES

Dice la gente del barrio

cuando pasa tu persona...


ASCENSION

Tiene carita de pena

la del Manojo de Rosas.

¡La del Manojo de Rosas!


(Hablado)


ASCENSION

¡Ay!


CAPO

¡Vaya un suspiro, nena! Y tan bien enseñao como los demás. Tós llevan la misma trayectoria.


(Imitando las evoluciones de un aparato con el índice extendido)


¡Psss! ¡Zás! Se cuelan por ahí.


(Señalando al garaje)


Pasan junto al señor Ufemio, procurando no rozarle por lo guarro que está, y aterrizan en el torno de Joaquín, colocándosele en la jaula de la izquierda.


(Por el corazón)


ESPASA

¡Tienes el teodolito empañao, Capó!


CAPO

Y usted la camiseta empeñá, señor Espasa.


ESPASA

Pero chico, si la dirección que tú has señalao es dirección prohibida para ésta.


ASCENSION

No sé por qué.


ESPASA

Que te lo diga tu padre, guapa.


DON DANIEL

Si lo que usted insinúa es que me gusta más Ricardo que Joaquín para novio de Ascensión, estamos de acuerdo.


ASCENSION

Pero, vamos a ver, ¿a ustedes que les importa que yo quiera al aviador o que adore al mecánico?


ESPASA

¡Miren que fina!


DON DANIEL

Ya conoce usted su genio. Después de todo, es verdad; si ella quiere a uno o si quiere a otro, ¿quién les mete a ustedes en eso?


ESPASA

Que sí, hombre; que se ve que están ustés educaos en la Residencia.


ASCENSION

Sí no le diera usté pie...


DON DANIEL

Bueno, anda. ¿No hay que hacer en la tienda? ¿Están todas las flores en su sitio?


ESPASA

No, señor, porque yo, a pesar del mal genio, estoy viendo una rosa en medio de la calle.


ASCENSION

(Despectiva)

Gracias por la flor.


(Entra en la tienda)


ESPASA

No hay de qué sacudirlas.


DON DANIEL

¿De qué sacudirlas? ¿Qué es eso?


ESPASA

Los modos nuevos. Hay que matar al trópico.


CAPO

Al tópico y a usté; que con esos modos nuevos no hay quien le entienda.


ESPASA

Pero si no pué estar más claro. Lo que pasa es que los que hemos viajao por mar, nos diferenciamos de los terratenientes en la expresión. Por ejemplo: cuando el que saluda es un ente anodino, inquiere de esta forma: «¿Están ustedes bien?», mientras que un alma viajera como la mía, interroga así: «¿Se encuentran ustedes en la plenitud de sus facultades mentales? Porque, si no, me voy». Es un modo nuevo, y una precaución.


CAPO

Pues, en vista de eso, me largo a ver si inflo a éste.


(Recoge el neumático y entra en el taller)


ESPASA

Y volviendo a lo de su hija: yo estoy seguro servidor de que la emociona más el mecánico que el velivolante.


DON DANIEL

Peor para ella. Ricardo me parece un hombre de porvenir. A Joaquín no se le ve el horizonte.


ESPASA

Es que lo lleva muy tapao.


DON DANIEL

Será eso: pero si mi hija le prefiere, me da un gran disgusto; palabra.


ESPASA

Ya lo he prismatizao, Don Daniel; pero yo, contando con su indulgencia plenaria, ozonopino que está usté errátil.


DON DANIEL

No, amigo Espasa. Yo quiero para mi hija un hombre de mi clase. Que yo, mientras tuve medios, la di la educación de una señorita, y no lo he hecho para casarla con un cualquiera.


ESPASA

La estameña no confecciona al clérigo. Se pué ser mecánico y culto y clero.


DON DANIEL

Lo que yo digo, es que quiero para Ascensión un hombre educado, correcto y caballeroso, y eso hay que mamarlo, Espasa. Que usted, por ejemplo, habrá arrinconado el tópico, pero carece usted de modales.


ESPASA

¿Yo?...


DON DANIEL

Usted; que le da la mano a uno, y parece que le regala un cochinillo...


ESPASA

¡Camina mi mamá!


DON DANIEL

¿Qué es eso?


DON DANIEL

Que, ¡anda mi madre!; me ha dejado usté estalactítico.


DON DANIEL

Eso se le quita lavándose...


CLARITA

(Por la derecha. Viste de señorita y trae un estuche de hacer las uñas en la mano. Habla muy deprisa)

Excelentes...


ESPASA

Hace usté mal en mezclar, porque es muy peligrosa la mezcla de las estirpes. Que yo conocí un matrimonio, sangre roja él y sangre azul ella, y les salieron los niños amorataos.


ASCENSION

(Que habrá salido un momento antes)

No se preocupe, Espasa: yo me casaré con el hombre que quiera y que me quiera.


DON DANIEL

Es que yo quiero para ti...

Lo mejor del mundo, ya lo sé; pero deja que sea un hombre como yo, de mi igual...


DON DANIEL

Tú eres una señorita.


ASCENSION

Yo soy.... «la del Manojo de Rosas», padre. Ascensión, la florista...


DON DANIEL

Pero hija, supón que mañana u otro día cualquiera se resuelve favorablemente mi pleito, cambia nuestra posición y vuelvo a ser lo que fui... ¿No comprendes que, casada tú con un obrero, sería para ti y para mí, una rémora en nuestro trato social?


ESPASA

Según. Que si hay obreros rémoras, hay señoritos remorones...


ASCENSION

Oiga, Espasa, ¿Quién le ha dado a usted hachón en esta cabalgata?


ESPASA

Mujer... Yo me he hecho una cultura pa que se me tolere que onozpine, por lo menos.


UNA VOZ

(Dentro del bar)

¡Espasaaa!


ASCENSION

¿Oye que le llaman?


ESPASA

¡Va!...¿Qué querrá ese asqueroso ahora?... ¡Con lo que iba a decir yo!


(Mutis por el bar)


ASCENSION

(Acariciando a Don Daniel)

¿Me prometes dejarme elegir a mi gusto?...

Di, guapo.


DON DANIEL

¡Mujer!... El caso es que yo... Si tú le quieres...Bueno; ya hablaremos de esto. ¿Preparaste las flores para doña Rosa?


ASCENSION

Preparadas están.


DON DANIEL

Pues voy a llevarlas.


(Entra y sale al momento con un ramo de flores adornado con un papel de seda)


Hasta luego, hija.


(La besa en la frente y se va por la izquierda)


ASCENSION

Adiós, padre.


(Viéndole marchar)


¡Qué bueno es y cuánto me quiere! La vida daría yo por él...


JOAQUIN

(Que ha entrado por donde se marchó)

Yo daría por usted más que la vida.


ASCENSION

(Volviéndose sorprendida)

¡Joaquín!


(Música)


Dúo de Joaquín y Ascensión


(Recitado sobre la música)


JOAQUIN

Quiero decirla una cosa.


ASCENSION

Dígame usté lo que sea,

porque yo lo escucho todo.


JOAQUIN

¿Todo?


ASCENSION

Lo que no me ofenda.


JOAQUIN

Antes que ofenderla quiero

que se me caiga la lengua.


ASCENSION

¿Qué?


JOAQUIN

Si yo...


ASCENSION

Termine.

¿Le da miedo?


JOAQUIN

No lo crea.


(Cantado)


JOAQUIN

Hace tiempo que vengo al taller,

y no sé a qué vengo.


ASCENSION

Eso es muy alarmante;

eso no lo comprendo.


JOAQUIN

Cuando tengo una cosa que hacer,

no sé lo que hago.


ASCENSION

Pues lo veo cesante,

por tumbón y por vago.


JOAQUIN

En todas partes te veo.


ASCENSION

Y casi siempre en mi puerta.


JOAQUIN

Me tiene loco ese cuerpo

retrechero y juncal,

que nació en Chamberí

con la gracia y la sal

de Madrid.


ASCENSION

Le da muy fuerte.


JOAQUIN

Hasta la muerte he de quererte,

ya ves si mi amor es firme y fuerte.


ASCENSION

Si no me engaño,

sus palabras me hablan

de un cariño sincero.


JOAQUIN

Muy sin cero... cincuenta.


ASCENSION

¡Chulo!


JOAQUIN

¡Guapa!


ASCENSION

¡Castizo!


(Recitado sobre la música)


JOAQUIN

Cuando Dios te echó al mundo,

¡qué faena me hizo!


(Cantado)


Cariño como el que yo siento

no ha habido ni habrá en la vida;

es placer y sentimiento,

y es voluntad decidida

de probar lo que yo te quiero.

Por ti me muero.


ASCENSION

¿Lo dice de veras?


JOAQUIN

Con toda mi alma


ASCENSION

¿Me quiere usté tanto?


JOAQUIN

Con todas mis ansias.


ASCENSION

Habrá que creerle,

por si es de verdad.


JOAQUIN

Yo haré, si me quieres,

tu felicidad.


LOS DOS

Cariño como el que yo siento, etc.


(Hablado)


ASCENSION

Y se acabó el disco, trabajador.


JOAQUIN

Oiga usté, Ascensión, antes de separarnos, ¿cuándo nos casamos?


ASCENSION

(Riendo)

Y ¿qué tiene que ver lo de separarnos ahora con eso?


JOAQUIN

Tiene que ver que en cuanto me separo de usté no sé lo que me hago. Hay días que inflo los neumáticos a suspiros.


ASCENSION

¡Eche usté aire!


JOAQUIN

Como que si no lo echo, no se inflan... En serio, nena, ¿cuándo me va usté a decir que sí?


ASCENSION

Cuando me pregunte usté si le dejo marcharse.


JOAQUIN

Entonces, nunca.


ASCENSION

¿Es que usté quiere llegar y besar el santo?


JOAQUIN

Si el santo se parece a usté...


ASCENSION

No, guapo, no. Hay que sembrar.


JOAQUIN

¡Anda la remolacha!... ¡Qué salida!


ASCENSION

La natural. Usté me ha dicho que le gusto; que haría por mí, ¡yo no sé cuántas cosas!...

Pero no me ha hablado nada de sus intenciones, ni sé yo con lo que cuenta para el por

venir. A lo mejor tiene usté el cocido en el aire...


JOAQUIN

Ese es el otro.


ASCENSION

¿Qué otro?


JOAQUIN

Ya sabe usté quien digo: el aviador ese, a quien tengo ganas de conocer.


ASCENSION

¿Ricardo?... ¡Bah!.. Hace usted mal en preocuparse.


JOAQUIN

¿En serio?


ASCENSION

En serio.


JOAQUIN

Es que me han dicho que su padre le da muchas alas. Y darle muchas alas a un aviador es peligroso.


ASCENSION

Como ocurrencia no está mal, pero yo no pico tan alto. Mi marido será un hombre de mi clase.


JOAQUIN

Clase extra.


ASCENSION

Claro que entre un pocero y un mecánico...


JOAQUIN

Se queda usté con el mecánico... ¡No se quede usté con el mecánico, Ascensión! ¡Quédese con el mecánico!


(Suplicante)


ASCENSION

(Riendo)

¿En qué quedamos?


JOAQUIN

Usté con el mecánico y el mecánico con usté pa toda la vida...


ASCENSION

¿Para toda?


(Con chulería)


¡Maldita sea su vida! ¡Con lo tranquila que yo vivía en el mundo!


(Marchando hacia la tienda)


Me voy para dentro, que tengo que... pensar.


JOAQUIN

Y yo, que regar un pensamiento.


(Marchando hacia el taller)


¿Me presta usté su regadera?


ASCENSION

Y, ¿con qué riego mis tiestos yo?


JOAQUIN

Con besos, para que salgan más flores.


(Mutis de Ascensión, riéndose, a la tienda)


CAPO

Señor Joaquín...


JOAQUIN

¿Qué te pasa, Capó?


CAPO

¿Dónde ha dejado usté el martillo?


JOAQUIN

Pero, ¿no lo tienes en la mano?


CAPO

¡Anda, es verdá; qué tonto soy!


JOAQUIN

¡Qué vas a ser tonto!... Lo que tú te has creído es que estaba aquí la Clara.


CAPO

Yo... ¿La Clara? ¡Ahí va, la Clara! ...


JOAQUIN

¿A que he dado en la yema? ¡Anda ya dentro, Capó, que eres un águila!


(Y le empuja al taller, dándole cariñosos coscorrones)


CAPO

(Al mutis)

Oiga usté, que sí es verdá que he salío a ver a la manicura, que me tié negro, (Mutis)


(Música)


Dúo de Ricardo y Joaquín


RICARDO

(Por donde se marchó, sin reparar en Joaquín, que al ir a hacer mutis con Capó le vio aparecer y quedo escondido junto a la puerta del taller)


(Recitado sobre la música)


¡Ascensión!


(Pausa)

¡Ascensión! ...


JOAQUIN

¿Cómo?


(Corre al encuentro de Ricardo)


¿Qué quiere usted de esa mujer?


RICARDO

¡Ay, qué gracioso!...


(Cantado)


JOAQUIN

¿Quién es usté?


RICARDO

Mussolini.


JOAQUIN

¿Qué busca aquí?


RICARDO

Lo que quiero.

¿Y usté quién es?


JOAQUIN

¿Yo? Cagancho.


RICARDO

¿Y está usté aquí?...


JOAQUIN

Porque puedo.

¿Ya se ha enterao?


RICARDO

Poca lacha.


JOAQUIN

Le voy a dar...


RICARDO

No estoy pocho.

Si quiere usté...


JOAQUIN

Soy un hacha.


RICARDO

¿También chulón?


JOAQUIN

Más que un ocho.

Yo soy un hombre

de buen talante,

de buenos modos

y buen humor.

Y solamente

pierdo el aguante

cuando me tocan

el pundonor.


RICARDO

Yo soy un hombre

tan optimista,

que sólo vivo

para reír,

y cuando topo

con un bromista

nunca me dejo

de divertir.


JOAQUIN

Andese con tino, que tirarme ventajuelas

es un poco más difícil que enjuagarse con tachuelas,

y ponerse en mi camino es jugarse las narices

y perderlas de un morrón. ¡Ah!...


RICARDO

Cálmese el amigo, porque yo no soy tonto,

Aunque pienso contenerme, si me arranco tengo un pronto

que le meto a usté la mano por la boca

y saco el puño por la base del pulmón. ¡Ah! ...


JOAQUIN

Si es usté valiente

tire ya para otro sitio

donde no tengamos gente

que nos pueda separar.


RICARDO

Yo soy un jabato,

que si alguno me alza el grito

por mi madre que lo mato

sin poderlo remediar.


JOAQUIN

¿Quiere usté venir?


RICARDO

No va usté a querer.


JOAQUIN

Es que esa gachí...


RICARDO

Es que esa mujer...


LOS DOS

Usté es un cobarde, pelanas, idiota, cretino, granuja,

tarugo, bandido, berzotas, Y váyase usté ya, porque

le atizo cuatro lapos en la...


(Cantado)


JOAQUIN

¿Le daba así!


RICARDO

¡No dé tanto!


JOAQUIN

¡Le daba acá!


RICARDO

¡Quite hierro! ¡Usté no da!


JOAQUIN

¡Más que muchos!


RICARDO

¡Yo sí que doy!


JOAQUIN

¡Ni recuerdos!


(Silban los dos)


¡Ah!


(Se van cada uno por un lado)


(Hablado)


(Por la primera derecha, Don Pedro. Es un infeliz, que se las da de vivo. Viste bien. Sombrero de jipi y bastón. Entra con visible mal humor)


DON PEDRO

(Mirando hacia la muestra del bar)

Plaza Delquevenga. ¡Aquí debe ser!


(Da unas palmadas)


ESPASA

(Por el bar)

¡Va!


(Sorprendido)


¡Papanastasius, Don Pedro!


DON PEDRO

¿Papanastasius? ¡Ya estás rompiendo moldes!


ESPASA

¡Es lo mío, sí, señor! Todo el mundo dice, cuando se sorprende: «¡Caramba!», y «Caramba» fue un banderillero matritense; pues Yo digo: ¡Papanastasius!, que fue un estadista de Grecia. Pero siéntese usted.


DON PEDRO

Hay días que aunque no amanecieran...


ESPASA

¿Qué transita?


DON PEDRO

Que me han quitado un solar.


ESPASA

¿Dónde lo llevaba usted?


DON PEDRO

¿Qué dices, hombre? El solar de la calle del Pacífico.


ESPASA

¿Aquel donde pensaba meter los catorce automóviles vetustos que compró en Valladolid?


DON PEDRO

Ese. Un sinvergüenza se me adelantó, y cuando fui a ver al dueño ya estaba alquilado.


ESPASA

¿El dueño?


DON PEDRO

¡El solar! Tú me dirás qué hago ahora con los catorce coches.


ESPASA

Haga usté un circuito. Y de paso le da usté un guantazo.


DON PEDRO

¿Al circuito?


ESPASA

Al dueño


DON PEDRO

Ahora que sumaba ya setenta mil toneladas de chatarra.


ESPASA

La verdá, don Pedro, que si lo de la conferencia de la Paz hace nata.


DON PEDRO

¿Nata?


ESPASA

Que si cuaja quiero decir, y no vuelve a haber guerra, se arruina usté.


DON PEDRO

No seas iluso. Mientras queden dos hombres en el mundo, habrá guerra.


ESPASA

Y mientras haya un hombre y una mujer, no habrá armisticio.


DON PEDRO

Exacto. Yo pienso llegar a ser el rey de la chatarra. Ya verás, cuando suenen los primer os tiros y comience a escasear el metal, cómo suben mis billetes; por que ya estarás viendo que el panorama no puede ser más optimista...


ESPASA

Y si me promete usté no privarse de gozo...


DON PEDRO

Yo no me privo de nada, Espasita...


ESPASA

Ya le he visto el puro.


DON PEDRO

Habla.


ESPASA

Tome nota: creo que un sabio alemán ha fabricado un gas de tal fuerza, que le sacude usté dos emanaciones en el chocolate a un francés, y no queda un suizo.


DON PEDRO

Eso será si no toma el chocolate con churros.


ESPASA

Me refiero al poder expansivo de la toxicidad del ácido. Es un gas... ¡Qué gas más rico, don Pedro! Ni los gases asfixiantes le igualan; un gas, que... ¿Cómo se lo diría yo? Ya está: ¿usted ha estao en un cine barato un domingo por la tarde? ¡Pues más!


DON PEDRO

¡Qué bárbaro!


ESPASA

En cuanto lo pongan en circulación, todos los mortales vamos a serlo de necesidá.


DON PEDRO

¡Dios te oiga! Pero volviendo a lo nuestro, ¿sabes de algo?


ESPASA

Sé de unos trescientos kilos de chatarra.


DON PEDRO

¿En qué?


ESPASA

En botes.


(Don Pedro da un respingo)


¿Qué le pasa a usté?


DON PEDRO

La mención, que me ha hecho recordar un suceso desagradable.


ESPASA

¿Cabe conocerle?


DON PEDRO

Cabe: como en los barrios todo cunde, ha llegado a oídos de mis convecinos en lo que estoy empleando mi dinero. Y al enterarse de que tengo en Canillas once mil botes, ¿qué dirás que han dado en llamarme?


ESPASA

Trevijano.


DON PEDRO

Cá: Don Pedro Botero.


ESPASA

(Riéndose)

¡Pues está sembrao! ¡Don Pedro Botero! ¡Mi Madrí, que es muy grande!


DON PEDRO

Te voy a dar con un velador en la cabeza, para que no te rías.


ESPASA

Absuélvame, usté, don Pedro; pero es que no he podido hacerme píldoras... Comprimirme, quiero decir... Ahí dentro tengo la escritura; ¿quiere usté pasar a firmarla?


DON PEDRO

Vamos, hombre, vamos... ¡Don Pedro Botero! Es que estoy más quemado…


(Pasa al bar)


ESPASA

¡Don Pedro Botero! ¡Es que me resquebrajo!


(Mutis)


CAPO

(Que ha escuchado desde la puerta del bar las últimas palabras de Don Pedro y Espasa)

Mi futura abuela ¡pero qué par de chalaos! A este tío le vendo yo todas las latas que me han dao desde que tengo novia.


CLARITA

(Por donde se fue)

¡Capotillo!


CAPO

¡Claritina!


CLARITA

¿Qué haces aquí?


CAPO

Oposiciones a que me ahueque el maestro. Te veo en el taller sin verte, y salgo a verte, y no te veo. Esta es la sexta vez que salgo hoy. ¡Ya era hora!


CLARITA

Pues yo te veo de mecánico en Yeserías.


CAPO

Tú tendrás la culpa, que estoy por ti más loco que un duro en casa de un atracador. Escúchame, preciosa, que te lo pido con la gorra en la mano y el mono de rodillas. ¿Cuándo, además de hacerme las manos, vas a hacerme feliz?


CLARITA

¿Es que quieres que te bañe también?


CAPO

¡Si eres tú la que se baña en mis ojos!


CLARITA

No te acerques, que pueden sorprendernos.


CAPO

¿Quién, el camarero?


CLARITA

El barman.


CAPO

¿El barman? ¡A ver si te has creído que es Perico Chicote! Pero, ¿tú qué has visto en ese hombre?


CLARITA

Algo.


CAPO

¿Eres nudista?


CLARITA

Llevo lazos. ¿No los ves?


CAPO

Haces mal en hablarle. El Espasa es un sinvergüenza. ¿No le has oído contar que ha estao preso por delito político?


CLARITA

Sí.


CAPO

Pues fue por quitarle el reló a Lerroux.


CLARITA

¡Atiza!


CAPO

Y de tramposo y debitoso, no hablemos. Tié trampas hasta pa cazar zepelines.


CLARITA

¿Es posible?


CAPO

Ahora, que lo que está haciendo contigo, me lo paga.


ESPASA

(Como si hablase con alguien que no sale) Siga usté, don Pedro; no se cortacircuite por mí, que se halla usté en un sarcófago. ¡Peloponeso! ¡Clarita! ¿Estás ya de voltereta?


CLARITA

Sí, señor. Y no quería irme para casa sin que hablásemos de lo que dije antes.


ESPASA

¡Ah, sí! De las torerías filípicas... y la... impertinencia del cero al cociente...


CLARITA

¡Las teorías oníricas y su influencia en el subconsciente!


CAPO

(Aparte)

(¡Mi madre! ¿De qué aparato será esta pieza?)


CLARITA

¡Qué tema más interesante!... ¿Verdá?


ESPASA

¿Qué vacilación quepe?


CAPO

(¡Toma!)


CLARITA

Como que a mí me ha vuelto loca eso de la terapéutica que consiste en atraer al campo psíquico los complejos subconscientes.


ESPASA

Pues a mí, verás; a mí, el alcaloide que me descuajaringa es la vertebración ancestral de las neuronas en complicidad fragante con el servetinal. Porque, como sin leucocitos no hay ecuaciones, en cuanto pongas dos binomios a hervir, ya tiés caldo magi.


CAPO

(¡Huyyy!)


CLARITA

Eso no lo he entendido, Espasa.


CAPO

Ni yo.


ESPASA

Ni yo... Ni yo pretendo que lo entendáis así de primeras. Ya, eras, cuando des con ello, qué cosa más linda... ché.


CAPO

A mí me parece que eso ha sido un camelo, ché.


ESPASA

Pero, ¿tú has visto qué átomo más anfisbénido?


CAPO

Hombre, señor Espasa, yo...


ESPASA

Pero tú, ¿por qué opinas, alevín humano, mientras no tengas en condiciones la tráquea intelectual?


CAPO

¡Mi madre, qué tío!


ESPASA

Habráse visto otro proyecto de atropopiteco como éste...


CAPO

Que sí, señor; que me voy.


(Haciendo mutis al taller)


¡Me la quita por atontamiento!


(Muy desconsolado)


ESPASA

Difuminao.


(Clarita ríe de buena gana)


ASCENSION

(Desde su tienda)

¿Hay buen humor, Gutiérrez?


ESPASA

Espasa, Ascensión. Es menos vulgar e ilustra.


ASCENSION

Como usted quiera. ¿Qué hay, Clarita?


CLARITA

Aquí, departiendo con el amigo.


DON PEDRO

(Dentro)

¡¡Espasa!!...


ESPASA

¡Va...!


(A ellas)


Irrumpo y vuelvo. Clarita, acuérdate de mí.


(Mutis al bar)


CLARITA

¿De él?...A la hora de echar el «flix» en el«somier», puede.


ASCENSION

¿Y el Capó, qué?


CLARITA

Cree que dudo entre su cariño y el del Espasa. De este modo lo tengo interesao y le doy largas.


ASCENSION

Pues no juegues con los hombres, que a lo mejor...


RICARDO

(Por el foro izquierdo)

Que a lo mejor hay quien se vuelve loco de cariño y se cree que los juegos florales se celebran en el Ayuntamiento.


ASCENSION

Ah, ¿si?


RICARDO

Y yo no estoy seguro de si soy concejal o ateneísta.


ASCENSION

(A Clarita)

Ya ves qué cosas...


CLARITA

Yo no veo nada... Yo, en vista del aterrizaje, embrago y me voy a ochenta... ¡Hasta lueguito!


ASCENSION

Pero, ¡oye, loca!


CLARITA

(Al mutis, como si fuese conduciendo un coche)

¡Pabú! Pabú!


(Mutis por la derecha)


RICARDO

Esa es una mujer discreta.


ASCENSION

(Dirigiéndose a su tienda)

Perdone... Se me olvidaba que tengo que hacer un ramo, y...


RICARDO

(Cortándole el paso)

¡Por lo que usted más quiera, escúcheme!


ASCENSION

¡Déjeme pasar, Ricardo!


RICARDO

Si estoy sin vida por verte, ahora que te estoy mirando no me pidas que te deje.


ASCENSION

¿Flamenco también?


RICARDO

Sin bromas, Ascensión; que esto es muy serio para mí.


ASCENSION

Sin bromas le he dicho otras veces que es usté un buen muchacho, y que le creo capaz de hacer feliz a una mujer...


RICARDO

¿Entonces ...?


ASCENSION

Pero también le he dicho que es usted mucho para mí.


RICARDO

El afán de toda persona inteligente debe ser elevarse.


ASCENSION

Eso usted, que es aviador.


RICARDO

Deme usted, siquiera, una razón de su desdén...


ASCENSION

¿Una razón? Ahí va: mi madre, que era de clase distinta a la de mi padre, fue muy desgraciada. Desde muy niña vi y sentí su dolor, y desde muy niña me hice a la idea de no casarme sino con un hombre que no tenga que reprocharme ni su dinero ni su educación.


RICARDO

Usted se ha educado como una señorita.


ASCENSION

Pero soy una señorita... que vende flores.


JOAQUIN

(Por el garaje)

Y yo un mecánico que la quiero quitar de venderlas.


RICARDO

¿Otra vez? A usted, ¿quién le llama aquí?


JOAQUIN

Ella, que me está esperando para que la acompañe, ¿verdad, Ascensión?


ASCENSION

Cuando usté lo dice... Voy por las rosas.


(Mutis a la tienda)


(La orquesta recuerda el motivo del dúo de Ricardo y Joaquín)


RICARDO

Usted sabe que esa mujer me gusta a mí.


JOAQUIN

Y a to el que la ve. ¡Pues así que no es bonita!


RICARDO

Lo que yo quiero decir...


JOAQUIN

Lo pone usted al lado de lo que yo no quiero decir, por que éste no es sitio ni momento.


RICARDO

Entonces...


JOAQUIN

Entonces...


(Sale Ascensión con unos manojos de rosas)


¿Nos vamos, reina?


ASCENSION

Que no me acompaña usté más que hasta el Metro, ¿eh?


JOAQUIN

Hasta donde usté mande.


ASCENSION

(Al mutis)

Así me gustan: obedientes.


JOAQUIN

¿Quién, yo?¡Un lulú!


(Al mutis riéndose por la derecha; a Ricardo)


¡Trabajo ahí!


(Mutis. Ricardo hace ademán de seguirlos airadamente, en el momento en que Espasa y Don Pedro salen del bar)


ESPASA

(Cortándole el paso)

¿Dónde va usté?


RICARDO

Déjeme, Espasa...


ESPASA

Que a la fuerza es peor, don Ricardo, créame usté a mí.


RICARDO

¡A ese hombre le pego yo en la cara!


DON PEDRO

(Que estaba mirando hacia el sitio por donde se fueron Ascensión y Joaquín)

¿A cuál?


RICARDO

¡A aquél!


DON PEDRO

¿A aquél?


ESPASA

Es Joaquín, un mecánico...


DON PEDRO

Joaquín si que lo es, pero mecánico, no.


RICARDO

¿Usted qué sabe?


DON PEDRO

¿No lo voy a saber? ¡Si es mi hijo!...


RICARDO

¿Su hijo?


(Mirándole de arriba abajo y dándose cuenta que Don Pedro es un señor)


¡Hola! ¡Esto se pone bien!


ESPASA

¡Alí-Babá o los cuatrocientos cincuenta y cuatro ladrones! ¡Maldito sea su padre! ¡Pues no es hijo suyo!


(Fuerte en la orquesta, cuadro y oscuro)



CUADRO II


Telón corto. Recibimiento de una casa moderna.

Puerta al foro cubierta por un tapiz. En el sitio adecuado un perchero, unos maceteros y un par de sillas; todo de fácil y rápido transporte, para que se pueda hacer la mutación en el oscuro sin necesidad de echar el telón de cuadro. (Nadie en escena. A poco se escucha el repiqueteo de un timbre y aparece por el foro una Doncella que cruza y hace mutis por la derecha, volviendo a poco seguida de Ascensión)


DONCELLA

Siéntese un momentito. La señora quiere hablar con usted.


ASCENSION

(Que trae dos grandes manojos de rosas)

Pero éntrese las rosas...


DONCELLA

La señora misma las recogerá. Aguarde un instante.


(Mutis por el foro)


ASCENSION

(Mira a los muebles, que, aunque parecen escasos, serán lujosos; se acerca a la puerta, entreabre el tapiz y fisga)

¡Qué bien se vive, cuando se vive bien!


(Se dirige hacia una silla y se sienta)


DOÑA MARIANA

(Por el foro)

Hola, hija...


ASCENSION

Buenos días, señora...


DOÑA MARIANA

Mis rositas, ¿verdad?


ASCENSION

Sí, señora. Y que hoy no tendrá usted queja. Mírelas... El mejor manojo de rosas de los que he repartido. Son olores cuajaos.


(Le entrega el manojo mejor)


Preciosísimas de veras... Todas mis amistades están intrigadísimas... Y por eso la he mandado esperar.


ASCENSION

Usté dirá.


(En esta representación no se efectúa cambio de cuadro. Doña Mariana pasa ante la tienda de flores y se pone a mirar las rosas. Las toca, las huele y pregunta:)


DOÑA MARIANA

¿De dónde se las traen a usted?


ASCENSION

De ninguna parte, señora, Son de mi jardín, de una casita que tenemos alquilada en las afueras...


DOÑA MARIANA

Muy bien, hija mía... Yo creía que eran de Valencia o de Aranjuez...


ASCENSION

Pues son madrileñas...


DOÑA MARIANA

Son preciosas... ¿Vive usted sola con su padre?


ASCENSION

Sí, señora.


DOÑA MARIANA

¿Soltera?


ASCENSION

Soltera.


(Aparte,)

(¿Me irá a pedir el voto?)


DOÑA MARIANA

Lo ha dicho usted sin suspirar. Eso es que hay galán en puertas.


ASCENSION

Sí, señora, que lo hay; pero desde hace un ratito nada más.


DOÑA MARIANA

Perdone usted que la haga el padrón, pero la curiosidad es mi delgadez; mi flaco, como vulgar mente se dice...


ASCENSION

Pregunte lo que quiera.


DOÑA MARIANA

Siempre me fue usté simpática. Y ahora que sé que usted misma cuida las rosas, más; dígame, Ascensión: ¿qué es... el andovas?


(Ascensión se ríe,)


¿Le ha hecho gracia lo de andovas?... Lo dice mucho mi hijo, y de ahí me figuro yo que debe decirse en la Peña.


ASCENSION

Sí que se dirá pero me ha hecho gracia.


DOÑA MARIANA

Pues ríase sin cuidado. ¿Qué es su novio?


ASCENSION

Mecánico.


DOÑA MARIANA

¿Guapo?


ASCENSION

A mí me lo parece.


DOÑA MARIANA

¿Buen tipo?


ASCENSION

Dicen que no hacemos mala pareja.


DOÑA MARIANA

¿Trabajador?


ASCENSION

Mucho.


DOÑA MARIANA

¿Honrado?


ASCENSION

A mí no me ha quitado nada.


DOÑA MARIANA

Eso es gracioso.


ASCENSION

Pues ríase usted sin cuidado.


DOÑA MARIANA

Bien dicho... Lo que hace falta es que además de todo eso y de quererla, sea bueno y sea listo.


ASCENSION

También lo parece.


DOÑA MARIANA

De eso no hay que fiarse. Mire usted: mi marido, que esté en gloria, y digo que esté en gloria porque no está en casa, de soltero tenía fama de granuja para las mujeres y de idiota para los negocios. Nos echaron la bendición, y al revés te lo digo: como negociante, un águila, y como marido... Ahí viene.


(Se escucha el ruido de una puerta que se cierra, y a poco entra Don Pedro con un «periquito» sobre un palillo que trae en la mano)


DON PEDRO

Hola... La florista guapa... La del Manojo de Rosas... Buenos días.


ASCENSION

Buenos días, señor.


DON PEDRO

Aquí estamos.


ASCENSION

Ya le veo a usté, con el pájaro.


DON PEDRO

Hace rato que te he visto yo a ti con otro. Con un pardillo.


ASCENSION

¿A mi con un pardillo?


DON PEDRO

A ti. Con un pájaro gris. ¿No caes? Gris... En Zoología se llama «Mecanicus camelisticus».


ASCENSION

¡Ah, sí! Con un mecánico. Mi novio.


DON PEDRO

Pues... ten cuidadito con el color de ese pájaro, porque destiñe. Adiós, guapa, Hermosísimas rosas... ¿Vamos «periquito»? ¡Hasta luego!


(Mutis de Don Pedro)


DOÑA MARIANA

No le haga usté caso. Presume de sagaz, y tiene menos vista que el Pasadizo de San Ginés.


ASCENSION

Bueno, señora, con su permiso.


DOÑA MARIANA

Vaya con Dios, y que tenga suerte con... el andovas.


ASCENSION

Muchas gracias, pero o mucho me equivoco, o ese es de ley.


JOAQUIN

(Por el foro; viste traje elegante y trae el sombrero en la mano)

Adiós, madre. ¿Un beso?


ASCENSION

¿Te vas?...


ASCENSION

(Reconociéndole)

(¡Joaquín!)


JOAQUIN

(También sorprendido pero disimulando)

(¡Ascensión!...)


(Da un beso a su madre y sale por la derecha)


Hasta luego.


(Mutis)


ASCENSION

Joaquín... Es Joaquín.


DOÑA MARIANA

Es mi hijo... También un real mozo, ¿verdad? Estudia para ingeniero industrial... ¿Pero qué le pasa?... ¿Le conoce usted?


ASCENSION

No, señora... ¿Cómo voy a conocerle yo? A quien yo conozco es a un obrero que se le parece mucho.


DOÑA MARIANA

¡Jesús! ¡Un obrero! Pero ha cambiado usted de cara... ¿Se encuentra mal?


ASCENSION

No es nada, señora...Usted lo pase bien. Es muy tarde, adiós.


(Y se dirige hacia la derecha)


DOÑA MARIANA

(Marchando por la izquierda)

¿Qué le habrá pasado? Y ha sido cuando ha visto a Joaquín.


(Al mutis por la izquierda)


Yo no sé este hijo mío qué las da, que las anestesia.


(Música)



Romanza de Ascensión


ASCENSION

(Ahogándose en llanto)

No corté más que una rosa en el jardín de mi amor...

Con lo bonita que era, ¡qué pronto se deshojó!

(Sigue la orquesta. Se ha hecho la mutación y estamos en el siguiente cuadro)



CUADRO III


El mismo decorado del Primer Cuadro. (Son las tres de la tarde. Ascensión aparece por la derecha y canta ante el puestecillo)


ASCENSION

Gavilán

que con plumaje de palomo

traidor, me rondabas

y ansioso buscabas

el nido de mi querer.

Gavilán

vete a volar por otro cielo,

que te he conocido;

levanta tu vuelo

y deja mi nido,

que ya no puede ser.

No es que tú no me quieras

la causa de mi amargura;

es que sin saber quién eras,

cometí la locura

de quererte de veras.

Abrí mi pecho a mi cariño,

cariño de mi ilusión;

y hoy no tengo más que pena

y rencor y coraje

dentro del corazón.


(De unas flores que he estrujado en sus manos van cayendo los pétalos)


Con lo bonita que era,

¡qué pronto se deshojó!


(Hablado)


ESPASA

(Sale del bar y se acerca al puesto)

Tiene carita de pena la del Manojo de Rosas ¿Qué te ocurre, Ascensión?


ASCENSION

No me ocurre nada, Espasa; no sea usted pesado...


ESPASA

¿Plúmbeo yo? Ingrávido, nena: cuasi etéreo y pa que no lo dudes, auriculiza: tú estás de gorilas con el Sanchís Manús de la Cobaleda. ¿A que sí?


ASCENSION

Bueno, Espasa...


ESPASA

Y digo yo que si aún no torrefactamos y ya ponemos barquitos en la pringue, vale más dejarlo... Ricardo es el adulto que te debe uncir al yugoeslavo.


ASCENSION

¿Lleva usted comisión?


ESPASA

Esa interrogante entre mercantil y ofensiva, ¿qué rumbo trae?


ASCENSION

Déjeme en paz, y ande, que ahí parece que le buscan.


ESPASA

¿A mí? ¡Camina la plantígrada, u anda la osa, que diría un terrateniente! Pues es verdá...


(En efecto, por la derecha ha aparecido Un Inglés, nada de tipo exótico ni extravagante: un inglés corriente, joven, que mira el letrero donde dice: «Se habla inglés, pero muy bajito»,y con un gesto de satisfacción da unas palmadas)


Comprímase el palmípedo. ¿Qué anhela?


INGLES

«Is there a telephone here?»


ESPASA

Me parece que no queda de eso.


INGLES

«Why not?»


ESPASA

Hay no, hay no... Que no hay, señor; ya está dicho.


INGLES

«How long have you been learning english?»


ESPASA

(Aparte)

(¡Mi madre, que es inglés!)


INGLES

(Indignado, coge el cartel y se lo quita a Espasa)

«The might»


(Lo rompe)


ESPASA

(Aparte)

(¡Toma del bote!)


INGLES

¡Embusterro!


(Y se va indignado; Ascensión se ríe a pesar suyo)


ESPASA

¡Su padre natural!


ASCENSION

Por poco le rompe a usted el alma viajera.


ESPASA

¡Quién iba a pensar que iba a venir aquí un inglés!

Voy a pintar otro cartel diciendo que se habla un idioma que yo domine. ¡Insufla con el sajón, qué genio derrocha!


(Mutis al bar; por la derecha, Clara, tratando de contener a Capó, que quiere entrar en el bar airadamente)


CLARITA

¡Que te estés quieto, Capó! ¡Que como entres, terminamos!


CAPO

¿Cómo que terminamos? ¡Que hemos terminao! Y que a ese camarón pocho le hago cachos la rodilla de una patá en la espinilla, es más viejo que un galán joven...


ASCENSION

¿Ya estáis como siempre? ¿Qué os pasa?


CLARITA

Aquí, éste, que la ha cogido heroica.


CAPO

Que estoy cansado de hacer el canelo en rama, Ascensión. Que me he enterao de que anoche no quiso salir conmigo, porque se fue con el Espasa de bureo...


CLARITA

Ná de bureo. Di que me llevó a una sesión de espiritismo...


CAPO

¿De espiritismo? Y eso, ¿qué es?


CLARITA

¿Tú ves qué ignorante?


CAPO

Bueno sí; pero, ¿qué es espiritismo?


CLARITA

¡Qué va a ser, hombre! Una reunión en la que se congregan varias personas de distintos sexos, a oscuras, con las manos unidas por los meñiques para invocar el más allá.


CAPO

¡Mi madre! Hombres y mujeres con las manos cogías a oscuras... y buscando el más allá... ¡Donde te ha llevao ese sinvergüenza ha sío al cine!


(Ascensión se ríe)


CLARITA

¡Inculto! ¿Quién eres tú para coartar mis libertades?


CAPO

Al que le voy a coartar es a ese carabao.


ASCENSION

Bueno, déjalo ya.


CAPO

Si es que la quiero, Ascensión; la quiero con toa mi alma, y de eso abusa.


CLARITA

Escéptica que es una...


CAPO

Ahí la tienes, además de manicura, ¡ascética! ¿Qué será eso?


ASCENSION

Que no se entrega... y hace bien.


CLARITA

¿Verdá que sí?


CAPO

¿También tú?


ASCENSION

Mis motivos tendré: infeliz de la que se fía de vosotros.


(Mutis con unas flores a la tienda)


CAPO

Entonces, ¿qué es lo que debo hacer?


(Música)


Dúo de Clarita y Capó


(Cantado)


CLARITA

Tienes que ser dócil como un can,

no rechazar mi modernismo,

y así te querré.


CAPO

Tú eres más nerviosa que un flin-flan,

y me molesta tu cinismo,

ya sabes por qué.


CLARITA

Yo con un celoso

nada quiero;

prefiero un caballero

correcto y «com’il-fo».


CAPO

Soy más caballero

que Cañero,

y en punto a lo extranjero

ninguno como yo.


CLARITA

Pues si me prometes

no dudar,

verás lo a gusto que conmigo

lo vas a pasar.

Si tú sales a Rosales

y eres bueno de verdad,

te promete tu chiquilla

que entre tanto toca Villa,

a un farol que está apagao

te llevará.


LOS DOS

Si tú sales, etc.


(Hablado)


CLARITA

Ya lo sabes; yo te exijo una confianza ciega.


CAPO

Oye, ¿no podemos dejarlo en una confianza... tuerta?


CLARITA

¡Ciega!


CAPO

Y en vista cansada, ¿no pué ser tampoco?


CLARITA

Oigas lo que oigas y veas lo que veas, has de tener confianza en mí.


CAPO

Bueno, pero si lo que veo es que te vas del brazo con ése.


CLARITA

Confiaza ciega.


CAPO

Y si sobre iros del brazo os oigo frases acaramelás...


CLARITA

Confianza ciega.


CAPO

Bueno, pa ti ciega. Pero en tocante al Espasa, va a ser de gota serena, con perro y bandurria.


CLARITA

¡Capó!


CAPO

Y, además, le abro el coco, y me tomo el agua con barquillos.


ESPASA

(Por el bar)

¿De qué apertura craneana se perora?


(Sale y cuelga un cartel en el que se lee: «Se habla manchego»)


CLARITA

(A Capó)

¿Lo ves, atontao? Disimula.


ESPASA

Vueloplaniza en el éter la interrogante.


CAPO

Pues que aterrice y oiga.


CLARITA

¡Recapó!


CAPO

Oiga. Yo quiero a esta mujer pa mí, pa que sea mía, por las buenas, ¿sabe usté?, pa casarme con ella como Dios manda.


ESPASA

Matrimonio castrense.


CAPO

Y no consiento que usted me la atonte y me la soliviante.


ESPASA

Fluorescencias románticas.


CAPO

Porque cojo un hierro del taller y juego a «roma» en la tripa del que sea.


ESPASA

Atavismos agarenos.


CAPO

¡Cebolletas en lata!


ESPASA

Liliáceas en conserva... Pero ven aquí, esquizofrénico...


CAPO

¡Toma! ¡Ya empieza!


ESPASA

¡Si es que eres más cerrao que Eslava, so complejo de papaverácea!


CAPO

¡¡Hala!!


(Atontándose)


Bueno, sí, pero lo que yo digo...


ESPASA

(Avanza hacia él, obligándole a retroceder hasta que le mete en el taller) Lo que tú dices, ser antifosfúrico e inerme..


CAPO

¡¡¡Urria!!!


ESPASA

Es algo que si no rebotase en nuestra sensibilidad quedaríamos catecumenizaos.


CAPO

(Idem)

¡Venga!


ESPASA

Pero como vibramos ante tu incultura, ¡so vástago!, te repudiamos de nuestro comicio cerebrálico, ¡so palafrén!


CAPO

El caso es que yo...


ESPASA

¡Marasméate, efebo!...


ESPASA

¡Que te esfumes, Capó!


CAPO

(Aparte)

(Está bien, hombre, está bien. Otra vez me ha podío)


(En alto)


Pero en la primera entrevista le dejo a usted...


ESPASA

¿Cómo?


CAPO

¡¡¡Sofelandríaco!!! ¡¡¡Toma del bote!!!


(Entra en el taller)


CLARITA

No le haga usted caso, Espasa.


ESPASA

¡Yo qué le voy a hacer! A propósito de hacer: esta noche tenemos reunión.


CLARITA

¿Hay espiritismo?


ESPASA

Sí: ahí dentro. Va a venir un medium que parece un delantero.


CLARITA

¿Sí?


ESPASA

Un tío, que llama al que le digas. Lo mismo le da llamar a Napoleón, que a Sigerico, que a Muñoz Seca.


CLARITA

Muñoz Seca está vivo.


ESPASA

Sí, pero él le llama. Ya lo verás, porque supongo que no nos harás rabona.


CLARITA

Me gusta asistir. Pero oiga usted; antes de que apaguen la luz, que echen al gato.


ESPASA

¿Al gato?


CLARITA

Sí, porque anoche a poco de quedarnos a oscuras sentí un cosquilleo por las pantorrillas. Digo, ¡si fue usted el que me dijo que era el gato!


ESPASA

Sí, ya me acuerdo. Pero no vamos a poder echarle, porque no es muy necesario pa las invocaciones.


CLARITA

¿Sí?


ESPASA

Como esos animalitos tienen tanta electricidá...


CLARITA

Pues si me vuelve a hacer cosquillas como anoche, le sacudo una patá que le tuerzo el pararrayos...


ESPASA

Haré por complacerte...


CLARITA

Entonces, hasta luego, cuerpo astral.


(Se va por la derecha)


ESPASA

Peatonea con el Hacedor, superculta.


(Aparte)


Antes de que invoquemos a Unamuno, cae ésta en la buchaca.


ASCENSION

(De la tienda)

¿Está mi padre ahí dentro, Espasa?


ESPASA

Echando unas carambolas con Ricardo.


ASCENSION

No he preguntado más que por mi padre.


ESPASA

Es una ampliación.


ASCENSION

¿También fotógrafo?


ESPASA

Mujer, yo siempre he tenido un objetivo.


ASCENSION

Pues a ver si se rompe.


ESPASA

Contigo no puedo.


ASCENSION

¿Me ha cogido usted en brazos?


ESPASA

Y dale.


ASCENSION

Pues dale fuerte...


ESPASA

Lo dicho, tiés salida pa tó.


ASCENSION

Hasta para casos de incendio.


ESPASA

No es fácil que tú te quemes.


ASCENSION

Ni aunque se vaya usted echando chispas.


ESPASA

¡Que me doy por vencido, mujer!


ASCENSION

Pues condenado a volverse al mostrador.


ESPASA

(Viendo que Joaquín aparece por la derecha)

Convencido.


(Entra en el bar)


JOAQUIN

(Acercándose)

Nublaíto está el sol. ¿Tormenta o agua de mayo?


(Como si ella le hubiese contestado)


¿Qué yo tengo la culpa? No lo digas, mujer, que se te van a reír hasta los pensamientos.


(Idem)


A ti nada más y para siempre. ¿A quién voy a querer más que a mi novia bonita?


(Idem)


No, si no quiero hacerte reír...


(Idem)


Pero tengo derecho a una explicación. Digo, me parece. Que yo tenía una novia muy risueña cuando me fui ayer de casa, y esto de encontrarse a la vuelta con Pamplinas, se me hace un poco fuerte.


(Idem)


Bueno, pues me voy hasta que se te pase. (Inicia el mutis y se detiene como si ella le hubiese hablado)


¡Ah, vamos! Ya sabía yo que no me dejarías irme.


(Ascensión le vuelve la espalda se dirige a la tienda)


Bonito genio, guapa. Si esto es ahora, ¿qué será luego, cuando te tenga a mi vera, para mirarme en tus ojos y para que se mueran de envidia todos los hombres de España...


(Ascensión, que no puede más, cae sobre una silla llorando)


¡Ascensión! ¡No llores! ¡Chiquilla!


(Se dirige donde está ella)


ASCENSION

(Levantándose)

¡Aquí no se acerque usted!


JOAQUIN

¡Ascensión!


ASCENSION

Ya está bien la burla, señorito Joaquín.


JOAQUIN

¿A mí me dices?


ASCENSION

(Levantándose)

¿Vas a negar que te he visto y me has visto en tu casa?


JOAQUIN

¿Yo?


ASCENSION

¿Vas a negar que has besado a tu madre delante de mí y que te has quedado pálido al ver me?


JOAQUIN

Pero...


ASCENSION

(Después de pasarse la mano por la frente)

¡Eras tú!... Sí... era usted. Y todo esto no es más que un truco nuevo para seguir engañándome. Pero no; la del Manojo de Rosas no se deja dar coba por un señorito... Que para convencerme de que era usted el que he visto yo, no tengo más que mirarle a los ojos así...


(Se acerca a él y le mira fijamente; Joaquín acaba por bajar los ojos, da media vuelta y entra en el taller) ¡Así.... señorito Joaquín! ¡Loca de mí, que todavía tenía la esperanza de que no hubiera sido él!


(Llora fuerte y arregla maquinalmente las flores de la mesa)


ESPASA

(Apareciendo por la puerta del bar con Ricardo y Don Daniel)

Ahora es el momento.


RICARDO

Es que así, por sorpresa...


ESPASA

Por sorpresa se han ganao toas las batallas, so asustao. ¡Rumbo a la suerte! ¡Nosotros, al marfil, Don Daniel, que esto está hecho!


DON DANIEL

¡Si Dios quisiera!


(Entran en el bar)


RICARDO

(Acercándose a Ascensión, que recoge las flores de la mesa)

¿De recogida? Qué presurosa... Si necesita que alguien la ayude...


ASCENSION

Puede mancharse.


RICARDO

Valiente cosa. Eso no importa.


ASCENSION

¿No?


RICARDO

No lo dude. Usted no sabe lo que daría por que olvidase sus sinsabores.


ASCENSION

Así no hay dudas. Y así podremos vivir en paz.


(Aparece Joaquín en la puerta del taller, deteniéndose un poco asombrado. En seguida Capó, y luego, poco a poco, Obreros)


(Música)



FINAL DEL PRIMER ACTO


(Cantado)


JOAQUIN

Ascensión... ¿qué es lo que quieres?


ASCENSION

Poca cosa, casi nada.

Decir delante de todos

que te has burlado de mí.


JOAQUIN

¡Yo te juro por mi madre

que mi cariño no mentí!


(Capó se acerca al bar y hace señas desde la puerta. A poco asoman la cabeza Don Daniel y Espasa)


ASCENSION

Por tu madre no lo jures,

porque la ofendes al jurar.

Y no te creo yo.

¿Qué me importan juramentos,

ni pretextos, ni disculpas,

ni pamplinas, ni lamentos?

¡Para qué!

¡Si ya se acabó!


RICARDO

Bien contestao.


ASCENSION

¡Tú te callas!


RICARDO

Ya me he callao.


ESPASA

¡Qué obediente!


ASCENSION

¡Y usté también!


ESPASA

Soy un cero.


CAPO

¡La que se ha armao!


RICARDO

(A Ascensión)

Cielo, vente.


JOAQUIN

(Agresivo a Ricardo)

¿Qué dice usté?


RICARDO

Lo que quiero.


OBREROS

¡Vaya garata

la que se ha armao;

por si hace falta,

tós preparaos; si

hay zarabanda,

venga de aquí!


(Acción de pegar a Ricardo)


¡Tós a la cresta

de ese gilí!

¡Vaya zarabanda

la que aquí se ha armao!

¡Para sacudirle,

todos preparaos!


ASCENSION

El que se cambia de ropa

para ocultar su intención,

sólo merece desprecio,

porque es un necio

sin corazón.

Que la ropa del obrero

se hizo para trabajar,

y no debe un señorito

mancharla para conquistar.


OBREROS

Que la ropa, etc.

¡Es un disfrazao!...

¡Largo del taller!


(A Joaquín)


¡A dejarle en cueros!

¡Vamos a por él!


JOAQUIN

(En un arranque)

¡Cariño

como el que yo siento

no ha habido ni habrá en la vida!

Es placer y es sentimiento

y es voluntad decidida

de probar lo que yo te quiero.

¡Por ti me muero!


ASCENSION

No es el que tú no me quieras

la causa de mi amargura.

Es que, sin saber quién eras

cometí la locura

de quererte de veras.

Abrí mi pecho a un cariño,

cariño de mi ilusión,

y hoy no tengo más que pena

y rencor y coraje

dentro del corazón.


(Hablado sobre la música)


Váyase y no vuelva, que no ha nacido el que se burle de «la del Manojo de Rosas».


(Joaquín marcha lentamente hacia el fondo izquierda, humilladísimo, hasta hacer mutis. Ricardo se acerca a Ascensión, que mira a Joaquín con burla)


(Cantado)


TODOS

¡Olé!

Dice la gente del barrio

cuando pasa tu persona:


RICARDO

«¡Tiene carita de pena

la del Manojo de Rosas!»


ASCENSION

«¡La del Manojo de Rosas!»



(CUADRO Y TELON)



FIN DEL PRIMER ACTO



ACTO II



CUADRO I

El mismo decorado del Primer Cuadro del sainete.

(En escena, Clarita, en bata, junto a la mesita de flores, ata unos ramitos de violetas. Una pausa. Ante el garaje está Capó, hinchando un neumático; sigilosamente anda en puntillas y avanza hasta Clarita, volviendo frecuentemente la cabeza hacia el taller.

Cuando llega junto a Clarita, que estará de espaldas a él, le da un beso en el cogote. Aparece el Camarero Nuevo con un periódico)


(Música)



Preludio (Pasodoble)


CLARITA

¡Ay!


CAPO

¡Calla, hija!


(Vuelve rápidamente a dar aire al neumático)


CLARITA

¡Si me has asustao, so tonto!


CAPO

Es claro... Si me dejaras dártelos por las buenas... De cara y en la cara... Y no que dices que me vas a quitar la cara...


CLARITA

Como que hasta que no vengas por derecho, ni hablar.


CAPO

Pues te voy a poner el cogote con anginas. Parece mentira que no te compadezcas de uno.


(Dando aire muy deprisa)


Viendole aquí, dale que dale, dale que dale...


(Revienta el neumático)


CLARITA

¡Ay!


(El Camarero hace mutis con los brazos en alto, Espasa, con uniforme de cobrador de autobuses, entra con cara de asustado, y los brazos en alto)


CLARITA

(Asombrada)

¡Espasa! ¿Qué es eso?


ESPASA

¿No ha sido un tiro?


CLARITA

Ha sido éste, que es peor que un tiro.


ESPASA

(Amenazando a Capó)

¡Pero inverecundo, taumatúrgico, inflaovoides! ¿Es que la has tomao conmigo, so chambelán?


CAPO

¡Es que se la ido el aire por la mella!


ESPASA

Nos ha regurgitao el nauseabundo rodao éste... Encima de que he pasao tres días en mi barrio con los brazos en alto, de una permanencia que me han querido hacer Presidente de la sociedá de Banderilleros...


CAPO

Eso tié gracia, ¿ve usté?


ESPASA

¿Gracia?...Tú que sabes los miedos que he pasao...Vamos, que si mi madre, que esté en gloria, me ve, con lo prudentito y lo pacífico que yo he sido siempre, levantarle la mano a los guardias en cuanto me miran...


CLARITA

Bueno, señor Espasa, lo que me choca es que tenga usté valor para dirigirme la palabra.


ESPASA

Amplitud espiritual que le rebosa a uno. Yo ya me he olvidao de todo.


CLARITA

¡Pero yo no, so fresco! Que la última sesión de espiritismo fue como para no olvidarse en la vida.


ESPASA

Sí, ya rememoro.


(A Capó)

Había exceso de gatos aquel véspero.


CAPO

Los que tenía usted en la barriga, so frigidaire.


CLARITA

Que si no enciendo la luz, me llevo un espíritu a casa.


ESPASA

Mujer, es que no había medium.


CAPO

De lo que no había medium era de estarse quieto.


ESPASA

Pues ya está bien, hombre. Que un mal pensamiento lo tiene cualquiera ser mortífero, aunque sea tan cultural como el pensador que discierne. Ya sé que ésta es pa ti y tú pa ésta. Aceptao, respetao y fumigao.


CAPO

Así me gusta, que lo sepa. ¿Y usted qué?... ¿En los autobuses, no?


ESPASA

Evidente Pastor. El capitán Sediles, de cuya compañía fui sargento, cuando me vio que llevaba tres meses pasándolas entre camerónicas y nazarenas, fue y me dijo, dice: «Oye, chato: te espero mañana en la Cibeles, que te voy a dar una plaza», y me dio la de cobrador de autobuses que dejó la vacante el siniestrao que me precedió.


CLARITA

¿El siniestrao?


ESPASA

Sí, un pobre hombre, que llevaba veintitrés años de cobrador en los tranvías, Acostumbrado a tirarse en marcha, quiso hacer lo mismo desde los autobuses, y se hizo gachas el desventurao.


CAPO

Iría el autobús a toda marcha.


ESPASA

No, es que por la fuerza de la costumbre se tiró desde el segundo piso...


CLARITA

¡Pobre hombre!


ESPASA

Tú verás: cayó encima de una manifestación, y la disolvió...


CAPO

Usté siempre el mismo.


(Ríe)


ESPASA

Carácter y silueta hasta que guste Pateta. Y a lo que vengo, Clarita guapa.


CLARITA

Diga.


ESPASA

Me han comisionao los compañeros para comprar un ramo de flores para un obsequio.


CLARITA

¿De cuánto?


ESPASA

Una cosa que esté bien. Es la onomástica de la señora del vicesubvicesecretario del vicesubvicecontador de la vicesubvicepresidencia...


CAPO

¡Qué barbaridad! ¡Qué de vices!


ESPASA

El cinturón de Madrí la llaman, tu verás. Y, claro, yo me dije: «Encargaré el ramo en «La del Manojo de Rosas», que allí está Clarita de encargada, con lo cual uniremos lo útil a lo delicioso, que dijo Homero... Robledo de la Chavela».


CLARITA

Pues pase usté a la tienda. Tengo unos claveles maravillosos como rayos de sol. Y unos claveles rojos, que parecen...


ESPASA

¡Frena, chatilla!


CAPO

¿Qué pasa?


ESPASA

¿Encarnaos y amarillos? Pero rica... que esa combinación de color es pugna con mis ideales.


CLARITA

¡Valiente tontería! Las flores no tienen nada que ver con eso.


ESPASA

Las flores, no; pero mis convicciones, sí. Tú veras; anteanoche me puso la patrona un huevo frito entre pimientos coloraos, y por poco la denuncio.


CLARITA

¡Exagerao!


ESPASA

Todavía los hay más escrupulosos que yo para esto de los colores. Un guardia de asalto amigo mío, sin ir más lejos. La otra noche se encontró a un chino que se había caído y estaba echando sangre por las narices...


CAPO

¿Y no le auxilió?


ESPASA

Cuando le vio amarillo y ensangrentao, fue y le dijo: «Oye, chino, o te pones una berenjena en la boca o te desangras.»


CAPO

(Muerto de risa)

¡Ay mi madre! ¿Es que los de asalto tién ca golpe...?


CLARITA

Bueno, ande, Espasa, ande, entre, que se va a llevar los claveles para el centenario de la festejada.


ESPASA

Es que a la festejada no le falta para el centenario ni un lustro.


CAPO

¡Ah! ¿Es purí?


ESPASA

Es un asco.


(Pausa)


Bueno, chaval.


(Mutis de Clarita a la tienda)


¿Qué se coagula por estos ámbitos?


CAPO

¿Ya va usté a empezar? Pues cuidao conmigo, que ya no soy el de antes, ¿eh?... Que ahora me tira usté un camelo y le reboto tres. Que ahora estoy preparao.


CLARITA

(Sale con las flores)

Los claveles.


ESPASA

Espérate, que se me ha insubordinao éste. Atalaya, mayestático púber.


CAPO

¿Sí? Aguarde, que ahora salgo.


(Se dirige hacia el taller)


ESPASA

¿Do te orientas, efebo?


CAPO

Achante tres segundos.


(Mutis)


ESPASA

(A Clarita)

¿Dónde va?


CLARITA

Como siempre le está hablando en camelo, habrá tomao sus precauciones.


CAPO

(Sale con un librito en la mano, que mirará a hurtadillas cada vez que conteste a Espasa) Venga... ¿Qué le pasa, Espasa?


ESPASA

Nada, hombre, nada... Que hay que atender a la Fauna y a la Flora.


(Cogiendo los claveles)


Y «¡vualá la corbeille!» ¿Te has percatao?


CAPO

¡Digo!


(Mirando el librito)


Pero a mí no me acabale usté así, porque acibi y adocamble, le agarabo para arisojarle el arispén.


ESPASA

(Asombrado)

¡Capó!


CAPO

¡Ni Capó, ni bujetelas en bullán! Que usté es un araqueranó, bucanó y bujendí, que presume de chandé y de chipí, y es usted un macanó y un mechequelé... ¡Y olé!


ESPASA

Es que te vislumbro y me desvanezco...


(Clarita está riendo)


CAPO

(Consultando el librito)

¡Que ya no me pachibelo, so lipendi! Que el que se pachibela ahora es usté, so papín!


ESPASA

¿Papín yo?


CAPO

Papín, perifullé, pichivirí, pimpí y simuchí... ¿Pasa algo?


ESPASA

¡Pero chaval!


CAPO

(Avanzando mientras Espasa retrocede)

¡Y yo más ternerillo que un jabato, so teloló!


ESPASA

¿Teloló también?


CAPO

¡Teloló, trujulí y jindón!


ESPASA

(Iniciando el mutis)

Bueno, hombre, bueno... Que te den la Universitaria.


CAPO

¡Garapatí!


ESPASA

¿Garapatí?


CAPO

¡Garapatí!


ESPASA

Pues... garapatí...la perra gorda.


(Mutis por el foro derecha; Capó y Clarita quedan riendo)


CLARITA

Pero, ¿qué es eso, chico?


CAPO

Que le estaba yo esperandito a este Eugenio Doros de vía estrecha pa cargármelo. Y ahí le tiés: va que arde.


CLARITA

¿Le has hablao en ruso?


CAPO

Ni ruso, ni ná, Que le he pedío a Cagancho un diccionario gitano... y ya has visto: el amo.


CLARITA

Sí que lo eres.


CAPO

De esos ojos y de ese cuerpecito serrano quiero serlo... ¡balbalí de mis agujas!


CLARITA

Pero, ¿a mí también, rico?


(Música)



Farruca dúo de Clarita y Capó


(Cantado)


CAPO

Chinochilla de mi charniqué,

chipicalli tiés que trajenar,

que es la chipi con bullapipén

p'al chupendi y pa chamullar.


CLARITA

Si me parlas como Faraón,

gitanita para ti seré,

porque siento que mi corazón

ha nacido para ser calé.


CAPO

Yo seré más cañí que Bocajacha.


CLARITA

Háblame en caló que me emborracha.


CAPO

Pues indica mi cantar.


CLARITA

Ya te puedes arrancar.

.

CAPO

Mi chai: es tu rotuñí

como una rují.

Mi chai: es tu calochí

jimiloy de jildí.

Desde el chivel ocala

te llevo andoquí,

Beluñí de mi orchi,

no te chunges de mí,

que mi chola se chala,

lo pues javillar,

y que ya me da lacha

belenes mangar.


CLARITA

Tu chai, etc.


CAPO Y CLARITA

Chinochilla, etc.


(Bailan)


(Cuando ambos, muy amartelados, ríen, llega Ascensión por la derecha. Viste bien, sobre todo con elegancia: sombrero, guantes, aros de oro en el brazo derecho y los detalles de buen gusto que quiera la actriz. La acompaña su padre, Don Daniel, en quien también se advierte el cambio de posición)


(Hablado)


DON DANIEL

¡Hola, pareja feliz!


CLARITA

¡Ascensión!


CAPO

¡Ole, don Daniel y la compañía! ¡Y chavó, como viene la compañía!


ASCENSION

A ver si te arañan, Capó.


CLARITA

No hay miedo, tratándose de ti.


DON DANIEL

(A Ascensión)

Ahí te quedas, guapa.


CAPO

¿Se va usté?


DON DANIEL

Voy al Banco. Hoy recojo el total de la liquidación...


CLARITA

Buen pellizco, ¿eh?


DON DANIEL

Los intereses del capital retenido. Si vieras, a pesar de las fatigas pasadas, lo que me alegro de que el pleito haya durado quince añitos...


CAPO

Que si dura dies más, le vemos a usté dándole capones a Urquijo.


ASCENSION

Ya sería menos.


DON DANIEL

Hasta luego. ¿Te vuelves sola?


ASCENSION

Vendrá Ricardo.


DON DANIEL

Pues en casa te verá. Adiós, pareja.


CLARITA

Adiós, don Daniel.


(Mutis de Don Daniel por la derecha)


CAPO

¿Queréis algo?


CLARITA

¿No tienes que hacer nada en el taller?


CAPO

Ahora, no. El maestro se ha puesto a leer un discurso de Ortega y Gasset, y de aquí a que lo entienda dan las doce.


CLARITA

Pues ve atando violetas, que yo voy a preparar las cuentas a Ascensión.


ASCENSION

No, rica; hoy no vengo de patrona. Vengo de visita.


CLARITA

Te paso al salón.

(Ríen) ¿Qué? ¿Y Ricardo?


ASCENSION

(Sin entusiasmo)

Bien.


CLARITA

Lo dices de un modo que parece que está con la gripe.


ASCENSION

No...


CLARITA

(Remedándola)

No... no... Pues pa mí que locura de amor no tienes tú.


ASCENSION

Ricardo me quiere... Es correcto, afectuoso...Ricardo es bueno...


CLARITA

Y el teniente alcalde del Hospital, también.


ASCENSION

Lo demás vendrá a su tiempo.


CLARITA

Si no pierde el tren...


ASCENSION

¿Piensas que no le quiero?


CLARITA

Y tú...


ASCENSION

Yo, no. Yo le estimo, me parece agradable... Yo...


CLARITA

Tú...Tú se lo dices a él, que ahí lo tienes.


RICARDO

(Por la derecha)

Buenos días...


(A Ascensión)

Perdona, guapa... ¿Hace mucho que esperas?


ASCENSION

Con esperar, ya es mucho.


RICARDO

Verdad que sí. Dispénsame. Me entretuve en Getafe más de la cuenta...


ASCENSION

Por lo visto, te interesa la avioneta más que yo...


RICARDO

No es eso...


ASCENSION

No te disculpes... La avioneta o lo que sea; que a lo mejor la avioneta es inocente.


CLARITA

Aquí va a haber títeres.


(Y se va a atar violetas a la mesita con Capó)


CAPO

¿Han venío los tontos?


RICARDO

¿Celitos?


ASCENSION

¡Qué ilusiones!


RICARDO

¿Ilusiones? ¿Es que no tengo derecho a pensarlo?


ASCENSION

Yo...ni te lo niego, ni te lo doy.


RICARDO

Entonces, lo mejor...


ASCENSION

Lo mejor es que no hablemos ni de cariño ni de celos. Es muy pronto todavía.


RICARDO

Bueno, mujer, está bien. ¿Qué? ¿Nos vamos?


ASCENSION

Yo me quedo


RICARDO

Pero, nena...


ASCENSION

Tengo que hacer las cuentas con Clarita...


(A Clarita)

¿Quieres prepararlas?


CLARITA

Ahora mismo...


(A Capó)

Ahueca, tú, que ésta quiere hablarme.


CAPO

A mí con una indirecta me basta ¡Voy! ¡Voy, maestro!


(Mutis al taller y Clarita a la tienda)


RICARDO

¿Vuelvo por ti?


ASCENSION

Si te da tiempo...


RICARDO

Siempre lo tengo para verte...


ASCENSION

Digo de encontrarme; porque en cuanto acabe me voy a casa.


RICARDO

Vendré antes.


ASCENSION

Tu verás.


RICARDO

¿Hasta luego?


ASCENSION

Hasta que quieras.


(Mutis a la tienda. Ricardo se la queda mirando hasta que desaparece, hace un gesto y se va por la derecha. En seguida aparecen por la izquierda Doña Mariana y Joaquín. No visten mal, pero en sus atavíos respectivos se advierte un considerable descenso de posición)


JOAQUIN

Bueno, madre, no me tortures más. Tú sabes bien que es necesario.


DOÑA MARIANA

Pero hijo...


JOAQUIN

Es necesario, madre. Espera...


(Llega junto a la puerta del garaje)

¡Capó!


CAPO

(Saliendo)

¡Joaquín! ¿Usté?


JOAQUIN

¿Quieres decir al maestro que deseo verle?


CAPO

Sí...Sí, señor, pero no sé si querrá.


JOAQUIN

Por eso quiero que se lo preguntes. Anda, hazme el favor.


CAPO

Sí, señor, sí... (Y la otra en la tienda) (Mutis)


DOÑA MARIANA

Entonces...


JOAQUIN

Entonces es preciso madre. Es el único medio para acabar mi carrera, para que yo pague mis derechos de examen y podamos volver a nuestra vida.


DOÑA MARIANA

Sacrificándote.


JOAQUIN

No... Nada de sacrificio. Por gusto aprendí un oficio; bueno, pues ahora por necesidad me agarro a él. ¿O es que me quieres señorito mangante, parásito de café y quitamotas de personajillos? No, madre. Tú sabes que no sirvo para eso... Anda para casa y alégrate que pronto se acabara, lo malo.


CAPO

(Saliendo)

Dice el maestro que pase usted.


JOAQUIN

Gracias, Capó. Hasta luego, madre.


(La besa)


Sin hablar. Hasta luego.


(Acompaña a su madre hasta el lateral izquierda y vuelve)


Oye, chaval, ¿has visto a Ascensión?


CAPO

Desde que su padre ganó ese pleito que le ha hecho rico otra vez, y la retiró de vender flores, viene muy poco por aquí...


JOAQUIN

¿Muy poco?


CAPO

Sí, señor... Muy poco. Desde entonces está Clarita encargada de la tienda, y yo estoy más en la tienda que en el taller. El oficio de manicura está en baja. Ya no se hacen las uñas más que Urquijo, Romanones y algún que otro cantaor de flamenco.


JOAQUIN

Bueno. Pero tú, ¿qué sabes de Ascensión?


CAPO

Nada; lo que todos; que se la ve en todas partes con Don Ricardo... Que dicen que si pa agosto habrá boda... Que...


JOAQUIN

Eso... habrá que verlo.


(Entran en el garaje)

DON PEDRO

(Por la izquierda, seguido de Espasa)

Conque ¡o estalla la conflagración terráquea, o me lío a tirar bombas, petardos, cohetes, garbanzos de pega... y todo lo que suene!


ESPASA

¡Cuidadito, Don Pedro, con eso de los ruidos! Yo asimilo su cuita y me sincronizo con su dolo.


DON PEDRO

Pero, ¿cómo dolo? Que yo era un hombre que tenía un capitalito, que lo ha invertido en un negocio... y que me han embargao hasta las pestañas. Estoy, ¡que le tiro un bocao a la Telefónica y la quito tres pisos! ...


ESPASA

Pero, ¿tan grave es la situación?


DON PEDRO

Hazte un croquis, Espasa. Desde que me embargaron, nos tuvimos que mudar a un tabuco de la calle de la Primavera. Mi Joaquín, que se examina de último año en este mes, no tiene para pagarse los derechos de examen. Y si yo no pago el alquiler de los solares, me sacan la chatarra a subasta. Ahora, dime: ¿qué te parece mi situación?


ESPASA

La de un borracho en un tiovivo, don Pedro. Pero para todo hay remedio, ¡qué apéndices nasales! A lo mejor en esta semana estalla la guerra. Yo sé que está muy mal la cosa.


DON PEDRO

No me hagas concebir doradas ilusiones, Espasa. Acércate, que nadie nos oiga... Para que estalle la gorda, no hay más que un camino...


ESPASA

¿Cuál?


DON PEDRO

(Sigilosa y trágicamente)

¡Matar!...


ESPASA

¡Resepelio! Pero, ¿a quién, don Pedro?


DON PEDRO

¡A un político! Acuérdate del origen de la guerra europea.


ESPASA

No era un político: era un archiduque.


DON PEDRO

Si, pero ya no quedan. ¡Hay que matar a un político!


Y yo había pensado... Que no nos oigan... Yo había pensado cargarme al teniente de alcalde de este distrito, que le tengo tirria.


ESPASA

Si, pero con eso no moviliza usté más que a cinco municipales. De obituar a alguien, tié que ser a un político extranjero...


DON PEDRO

Es verdad... ¿Qué te parecería si me cargase a Hitler?


ESPASA

¡Hombre! A mí no me ha hecho ná don Adolfo... Pero, en fin, si a usté le gusta... Tendrá usté que ir a Berlín.


DON PEDRO

(Desencantado)

Pues mira, no había caído yo en eso... Claro, para cargármelo, tengo que ir... Pero, oye, ¿y si le escribiéramos para que viniera?


ESPASA

Escríbale, usté solo, don Pedro, que yo entro a la noche de servicio.


DON PEDRO

Yo he de hacer algo, Espasita.


ESPASA

De momento, vamos a ver si se ha levantao ya mi antiguo amo para que le preste esas pesetas, que es lo que urge, ¿no le parece?


DON PEDRO

Sí, hijo, sí. Pero no lo dudes... Si esto me falla, yo me cargo a Hitler, o a la MacDonald o a Chevalier... (Mutis de ambos al bar. Ascensión y Clarita salen de la tienda, ésta despidiendo a aquélla)


CLARITA

¿No esperas a Ricardo?


ASCENSION

Acaso me lo encuentre por el camino. Anda, éntrate.


(Besándola)


Hasta la noche.


CLARITA

Adiós, guapa,


(Se besan y hace mutis Clarita. Cuando Ascensión va a cruzar la escena, sale Joaquín del taller, con «mono» de mecánico, gorra y unas herramientas en la mano. Al ver a Ascensión, se detiene. Ella hace lo mismo, lo mira entre rencorosa y asombrada y acaba rompiendo a reír a carcajadas)


JOAQUIN

(La mira, se tranquiliza y espera)


ASCENSION

(Al cabo de un rato de risa)

¡Por Dios, qué hombre!


(Ríe)


Nunca supuse que fuese usted tan tonto...


(Ríe)


Tan tonto, sí, y usted perdone...


(Ríe)


Porque muy tonto hay que ser para repetir un truco conocido.


(Ríe)


¡Mira que vestirse otra vez de mecánico!


(Ríe)


¿A quién piensa usted engañar ahora? Porque a mí...no será., ¿verdad?


(Ríe)


Ese...disfraz, ya lo conocemos mucho en este barrio.


(Ríe)


Por lo mono que es...


(Más carcajadas)


Y usted perdone este desahogo; pero, vamos, es que no he podido contenerme.


(Ríe)


JOAQUIN

Ríase, ríase a gusto...


ASCENSION

Perdóneme. Ya no me río.


(Pugnando por aguantarse la risa)


Pero... en serio; cámbiese de ropa... No hay nadie en el barrio que ignore que es usted... un señorito.


JOAQUIN

¿Puedo contestarla ya sin que se ría, Ascensión?


ASCENSION

Si el cuento va a ser de mucho miedo, sí.


JOAQUIN

No es de mucho miedo, pero me parece que no se volverá a reír usted en cuanto me oiga.


ASCENSION

(Aguantando la risa)

Lo... lo procuraré.


JOAQUIN

Este traje no es un disfraz


(Tras una pausa breve)


Es el traje de mi oficio, de mi oficio, sí...; porque los míos no tienen ya más pan que el que yo les gane.


ASCENSION

¡Joaquín!


(Con triste asombro)


JOAQUIN

Puede usted continuar riéndose ahora, porque el «caso» no puede ser más gracioso... Buenos días, Ascensión...


ASCENSION

¡Pero Joaquín!... ¡Oigame! ... ¡Oye!


JOAQUIN

Buenos días.


(Aparece Capó con una bolsa de herramientas)


CAPO

¿Vamos?


JOAQUIN

Ve tú delante.


(Mutis por la derecha de Capó En este instante aparece Ricardo por la izquierda)


RICARDO

¿Andando, guapa?


ASCENSION

(Ensimismada por la triste revelación)

Más pan que el que él les gana...


(Ascensión va hacia Ricardo)


RICARDO

¿Te pasa algo?


ASCENSION

Lo más grande que me podía pasar...


RICARDO

Dime...


ASCENSION

Vamos... No me hagas caso.


(Salen por la izquierda)


JOAQUIN

¡Y cree que se la lleva!


(Música)



Romanza de Joaquín


(Cantado)


No; no me importa que con otro

de mi lado te alejes;

yo te aseguro que muy pronto

de ese amor te arrepientes.

No; no me importa que te vayas,

porque habrás de volver;

tu ya no puedes, por despecho,

olvidar nuestro querer.

Tranquilo te espero,

niña del alma,

que hasta cuando me humillas

me das esperanza.

Madrileña bonita,

Que me has prendido

en el vuelo garboso

de tu vestido.

Aunque me dejes,

los ojos de tu cara,

dicen que vuelves.

Madrileña bonita,

luz de verbena;

eres como un ramito

de hierbabuena.

Tiene tu aroma

perfume de la Virgen

de la Paloma.

Eres luz y alegría

de mi querer.

Madrileña bonita,

¡tú has de volver!


(Se queda mirando hacia el lateral por donde se fue Ascensión con Ricardo)


(Hablado)


CAPO

(Por donde se hizo mutis)

¡Eh, señor Joaquín! ¡Que van a cerrar el Metro!... ¿Qué le pasa a usté?


JOAQUIN

Nada, Capó, nada... ¡Que estoy muy contento!


(Echa a andar)


CAPO

¡Anda! ¿Se le va la gachí con otro.... y dice que está muy contento?... ¡Yo creí que eso no le pasaba más que a los casaos!


(Echa tras él, cantando)



OSCURO Y MUTACION


(Música)



INTERMEDIO (FARRUCA)



CUADRO II


Telón corto. En primer término, rompimiento de galería en una casa de vecindad, con una columna de madera perpendicular en el centro y una barandilla con pasamanos de madera tosca, que cruzará de un lado a otro de la escena. A un metro de este rompimiento cae un telón representando el corredor, con dos puertas marcadas, respectivamente, con los números 4 y 3, a derecha e izquierda de la columna.

La pared del corredor será de yeso con muchos desconchados y algunos letreros trazados con buen carbón y mala ortografía, tales corno «Biba la güerga», «Avago el portero». (Aparece por la izquierda Ascensión, vestida modestamente, con velo y un manojo de rosas en la mano; mira dudosa hacia las dos puertas. Por fin se decide y da unos golpes en el número 3)


LA FISGA

(Por el 3)

¿Por quién pregunta?


ASCENSION

Usted perdone... Creo que me he confundido. ¿No vive aquí una señora que se llama Doña Mariana?


LA FISGA

Una así, más bien gruesa, de alguna edá, guapa todavía...


ASCENSION

Sí. Eso...


LA FISGA

¿Una que tié un hijo muy listo y un marido muy tonto? Sí, señora, aquí al lao vive... Llame usté, que deben de estar.


ASCENSION

Muchas gracias.


LA FISGA

De nada, joven. ¿Es usted de la familia?


ASCENSION

No, no señora.


LA FISGA

¡Ah, ya! Viene usted de visita...


ASCENSION

No, tampoco. Vengo a traer estas flores...


LA FISGA

¡Uy, qué flores! Si no me había fijao... ¿Me deja usté olerlas?


ASCENSION

Sí, mujer.


LA FISGA

¡Qué ricura de rosas! ¿Me da usté una?


ASCENSION

Cójala.


LA FISGA

Tantísimas gracias, Es usted muy amable, joven. ¿Vive usted por aquí?


ASCENSION

Me llamo Ascensión López, no soy alemana, tengo veintidós años, vivo en Chamberí, Viriato, dieciocho; soy huérfana de madre y me perezco por el cine... ¿Algo más?


LA FISGA

¡Anda! ¿Y quién le pregunta a usté na ..?


(Mutis a su casa, manoteando mucho) (Ascensión sonríe, y cuando va a llamar con los nudillos a la puerta de al lado, aparece Doña Mariana con un mantel recogido para sacudirlo en el patio)


DOÑA MARIANA

(Como cediendo el paso en el corredor a Ascensión)

Pase, pase usted, joven.


ASCENSION

Pero, ¿no me conoce, Doña Mariana?


DOÑA MARIANA

¡Jesús! ¡Usted!... ¡Ascensión!... ¡«La del Manojo de Rosas»!...No podía figurarme...


ASCENSION

¿Por qué no?


DOÑA MARIANA

Que no creí que tuviera usted clientes por estos barrios.


ASCENSION

¡Buenos están mis clientes! La más segura, que era usted, me dio mico hace siete meses... Que no sabe usted lo que he tenido que indagar hasta encontrarla...


DOÑA MARIANA

Hija mía... Se lo agradezco, pero los tiempos han cambiado... Yo ya no puedo permitirme el lujo de comprar flores.


ASCENSION

Alguien se lo permitirá por usted. Porque a mí me han encargado que se las traiga todos los días.


DOÑA MARIANA

¿Qué se lo han encargado! Mi Joaquín, como si lo viera, Pero... ¿con qué dinero? De todos modos, ¿a qué ha sido mi Joaquín?


ASCENSION

Se dice el pecado, pero no se dice el pecador.


DOÑA MARIANA

¿Qué otro sino él podría acordarse de mí para esto?


(Se enjuga las lágrimas y coge el ramo)


Muchas gracias por traerlas, hija mía. No le digo a usté que pase, porque esto no es aquello...


ASCENSION

Tenga usted esperanza, doña Mariana... Todo puede cambiar.


DOÑA MARIANA

Dios lo quiera y no lo deseo por mí. Lo deseo por... por... (Sin voz, acaricia las flores, las besa y se mete en su casa)


ASCENSION

(Se limpia las lágrimas, mira hacia la puerta un instante, y cuando va a hacer mutis por la izquierda, se detiene sorprendida ante la aparición de Joaquín)

¡Joaquín!


JOAQUIN

Dios se lo pague a usted, Ascensión.


ASCENSION

¡Qué tontería! Nada tiene que pagarme... Es que... Yo tenía gusto... No tiene nada de particular...


(Para disimular su emoción se apoya en la barandilla a la derecha de la columna, como si mirase al patio)


¡Ay, qué alto está esto!


JOAQUIN

(Colocándose como ella al otro lado de la columna)

Y, sin embargo, es muy bajo para usté...


(Se miran fijamente)


(Música)



Dúo de Ascensión y Joaquín


(Cantado)


ASCENSION

¿Qué está esto muy bajo?

Pues yo no me tiro.


JOAQUIN

¿Usté me comprende?...


ASCENSION

Ya le he comprendido.


JOAQUIN

Yo quise decirla...


ASCENSION

Algo que me ofende.


JOAQUIN

Es que...


ASCENSION

No le escucho.


JOAQUIN

Es que...


ASCENSION

Usted ya me entiende.


(Recitado sobre la música)


JOAQUIN

¡Vaya día hermoso!


ASCENSION

No está tan buen día.


JOAQUIN

¿Ah, sí? Yo creía...


ASCENSION

¿Qué?


JOAQUIN

Nada; no sé...


ASCENSION

¿Quién iba a pensarlo?


JOAQUIN

¿Quién iba a decirlo?


ASCENSION

Parece mentira.


JOAQUIN

¿Quién lo iba a creer?


ASCENSION

¡Ay!


JOAQUIN

¿Está usté suspirando?


ASCENSION

¿Yo suspirando? ¡Qué gracia!


JOAQUIN

Es que iba a decirla a usté...


ASCENSION

Mejor es no decir nada.


(Cantado)


JOAQUIN

¿Recuerda aquel día?


ASCENSION

Que nos conocimos.


JOAQUIN

Si acaso volviera...


ASCENSION

No puede volver...


JOAQUIN

¡Qué tiempos aquellos!


ASCENSION

¡Qué tiempo perdido!


JOAQUIN

¡Qué tiempo querido!


ASCENSION

¡Qué pronto se fue,

para ya en la vida jamás volver!


JOAQUIN

Está usté más guapa.


ASCENSION

Pues no lo sabía.


JOAQUIN

Si yo me atreviese...


ASCENSION

¿El qué me diría?


JOAQUIN

Que yo soy muy poco.


ASCENSION

Ya me está ofendiendo.


JOAQUIN

Es que...


ASCENSION

No termine.


JOAQUIN

Es que...


ASCENSION

No tiene usté arreglo.


JOAQUIN

No sé lo que siento.


ASCENSION

No sé qué me pasa.


JOAQUIN

El pecho me abrasa.


ASCENSION

¡Qué triste es querer!


JOAQUIN

¡Qué tiempos aquellos!


ASCENSION

¡Que tiempo perdido!


JOAQUIN

¡Qué tiempo querido!


ASCENSION

¡Qué pronto se fue,

para ya en la vida jamás volver! ...


JOAQUIN

¡Qué tiempos aquellos!

¡Qué tiempo perdido!

¡Qué tiempo querido!

¡Qué pronto se fue,

para ya en la vida jamás volver!...



CUADRO III



MUTACION


Nueva y finalmente, aparece la «Plaza Delquevenga».

(Joaquín repite el final del número y hace mutis por la derecha. Capó, en traje de faena, muy abatido, está a dos pasos del taller. Clarita, subida sobre una doble escalerita, pasa un paño a los cristales de la tienda de flores, grita a Capó y le riñe. A cada dos o tres frases, baja muy nerviosa de la escalera, se va para él como una leona. Le insulta y vuelve a subir para continuar su tarea)


CLARITA

¡Para que yo te respete, tienes que empezar tú por respetarme! ... ¡Y nada más!... ¡Ni más, ni mangas, ni manguitos! ... ¡Que tú no me respetas, que yo no te respeto! ¡Y dales a la maroma, que viene la Jeroma!... Que a mí ya no me atontas con gitanerías ni ratimagos, porque ahora soy más chula que tú.


CAPO

¡Pero Clarita, que yo no te digo ná!


CLARITA

¿A mí?...¿Y qué tienes que decir me tú a mí?


(Baja y se va para él)


¿Es que yo soy una haragana holgazana, que de todos lados me echan por sobra de galvana? ¡Entonces!


(Y se vuelve a subir a la escalera)


¿Qué me tienes que decir tú a mí?... ¡Nos ha revacunao el esqueje, que de vago que es se levanta todos los días al día siguiente!


CAPO

¡Eso no, Clarita! ¡Eso sí que no! Que una cosa es que yo no pare en ningún taller por mis convicciones políticas, y otra que me echen por vago.


CLARITA

¿Qué no te echan por vago? ¡Pues no dice que no le echan por vago!


CAPO

¡Y no que no!


CLARITA

Entonces, ¿qué?... ¿Es que no te echan por exceso de producción?


CAPO

Me han echao por una discusión política con el maestro; pa que te enteres...


CLARITA

¿Sí?


CAPO

Y na más que sí. Esta mañana fue el maestro y me dijo, dice: «oye, Capó: anoche se le ha partío la bicial chico del sacristán de San José; ¿por qué no te acercas y le ofreces que si quiere que se la reparemos?», Fíjate, ¡a mí!, ¡a mí!, ¡a un laico!, decirle que vaya a ofrecerle una reparación a un sacristán... Que le dije que yo no iba porque no me daba la gana. Y entonces, sin más ni más, así porque sí, como si uno hubiese hecho algo, fue el maestro y me dijo, dice: «Pues he pensao que te vayas ahora mismo, y no vuelvas en tu vida por el taller».


CLARITA

¿Que te despidió?


CAPO

Que me despidió.


CLARITA

¿Y tú qué hiciste?


CAPO

Me quedé parao.


CLARITA

Ya lo veo. Y lo peor es que eso que te ha dicho el maestro te lo repito yo...


CAPO

¿Qué?


CLARITA

¡Que a mi lado no te arrimes más! ¿Te enteras?


(Sube a la escalera)


¡Que a mi lado no te arrimes más!


CAPO

¡Pero Clarita!


CLARITA

¡Que a mi lado no te arrimes más! ¿Lo quieres más alto?


CAPO

Como no me lo digas desde el tejao...


CLARITA

Y para que veas que se ha acabado esto, pero que la fetén, de chipén, de lerén, ¡que ya está bien!, hoy mismo le hago cara al Espasa.


CAPO

¿Al Espasa, que pué ser tu padre?


ESPASA

Mejor. Ese tiene la cabeza sentada.


ESPASA

(Por la derecha, con la cabeza en vendas)

Frigorismo y ufória.


CAPO

¡Toma! ¡Que tié la cabeza sentá! ¡Acostá y con fiebre!


CLARITA

(Bajando de la escalera)

Pero Espasita, ¿qué ha sido eso?


ESPASA

Ya ves, Clarita: secuela del menester.


CAPO

¿Cómo? ¿Qué me jaripea?


ESPASA

Secuela del menester, o consecuencia del oficio, que diría un terrateniente.


CAPO

¡Ah! Secuela, sí, ya.


ESPASA

Que yo, por estupor de ganar más pringue soldada, quise probarme de conductor.


CLARITA

¿Y se ha probado usted?


CAPO

¿Qué si se ha probado? ¡Que se ha rebañado! ¿No le ves la cabeza?


ESPASA

No va muy errado aquí el idiotita. Ná, que ayer debuté en un trayecto que en el itinerario oficial, decía: «Cibeles, Atocha, Estación del Norte», y so reformé la ruta de este modo: «Cibeles, acera del Banco, Fuente de Neptuno».


CLARITA

¿Que tropezó el autobús con la fuente?


ESPASA

¿Qué tropezó? Que tiré cinco viajeros al agua, y que yo me quedé colgao del tenedor.


CAPO

¡Toma!


CLARITA

¡Por Dios, hombre, por Dios! ¡Qué desgracia!


ESPASA

Desgracia, no. Lo que dije antes: secuela...


CAPO

Se cuela en tós laos con el coche, sí, señor.


ESPASA

No te regocijes, que me han dao siete lañas en el depósito de las ideas.


CLARITA

¡Es que hay que ver qué ideas, señor Espasa!


ESPASA

Ahora que, como uno es fatalista, ¡a otra cosa! Voy aquí al bar a ingurgitar un torrefacto.


CAPO

Pero, ¿pué usté tomar café estando malito?


ESPASA

Sí, porque lo tomo en pequeñas diócesis. Y de paso voy a ver a don Ricardo, que me ha citao.


CLARITA

¿Qué le ha citao a usted el novio de Ascensión?


ESPASA

¡Y con qué prisas! A lo mejor, como uno es un alma viajera y él está preparando un «raid» a América, quié que acompañe! le ilustre, ¡o quié que le acompañe!


CAPO

Acompañarle, no, porque le lleva usté a Ajofrín.


ESPASA

¡Mira el foxterrier, qué divertido se ha levantado hoy! Con vuestro permiso.


(Se acerca al café, da unas palmadas, sale el Camarero, dialoga con él y, finalmente, le sirve. Todo esto mientras continúan la escena los otros)


CAPO

¿No te he dicho que era un...?


CLARITA

¿No te he dicho que a mí no te arrimes en tu vida?


CAPO

Creí que ya te se había pasao...


CLARITA

Cuando te vea trabajando tres años seguidos. ¿Qué es? ¿Qué te da miedo buscar trabajo?


CAPO

Lo que me da miedo es encontrarlo.


ASCENSION

(Por la izquierda)

Buenas tardes.


CAPO

Mejores las haiga.


CLARITA

(Bajando)

Hola, guapa.


ASCENSION

(A Capó)

¿Ha venido hoy Joaquín?


CAPO

Seguimos como hace ocho días; ni ha venido, ni sabemos ná de él...


CLARITA

Pero, ¿tú no averiguas nada, cuando le llevas a su madre las flores?


ASCENSION

Nada. Ella nada me dice, y yo no me atrevo.


CLARITA

Pues como tú no te decidas...


ASCENSION

Decidida estoy... Y hoy la pregunto, pase lo que pase... Anda, vamos a preparar las rosas.


CLARITA

Oye... Ese...


(Por el Espasa)


Está esperando a Ricardo.


ASCENSION

Razón de más para que nos demos prisa, anda (Mutis a la tienda)


CAPO

¡Clarita!


CLARITA

¡Que no! ¡Que se te quite eso de la cabeza!


CAPO

Eso se lo debes decir al Espasa.


CLARITA

Y a ti, que llevas el vendaje por dentro.


(Recogiendo la escalera)


CAPO

Entonces, ¿pá los restos?


CLARITA

Hasta que te vea colocao, por lo menos...


CAPO

¿Colocao? ¡Que ahora mismo entra a recoger las herramientas y antes de que anochezca, ¡colocao!


CLARITA

¡Pues hasta la noche!


(Mutis a la tienda)


CAPO

(Haciendo mutis)

Abur, señor Espasa...


ESPASA

Adiós, hombre.


CAPO

Y a ver cuándo se da usté otra vuelta.


ESPASA

¿Por aquí?


CAPO

No, señor... ¡Por Neptuno!


(Mutis, riendo, al taller)


ESPASA

¡Anda el epigramista!


RICARDO

(Por la derecha)

Así me gustan los hombres: puntuales.


ESPASA

¿Quién? ¿Yo, don Ricardo? A mí me dicen a tal hora en tal sitio, y en tal sitio a tal hora.... a no ser que vaya en autobús, en cuyo caso manda él. ¿Qué hay que hacer, don Ricardo?


RICARDO

Le quiero pedir un favor, Espasa.


ESPASA

Me conduele no adivinarlo, pa no dar lugar a que me lo pida.


RICARDO

Muy amable. Pero no quisiera que hablásemos aquí en la calle.


ESPASA

Usté es el jalifa y servidor el beduino del desierto.


(Da palmas y sale el Camarero)


Oye, seguro servidor, involucra el torrefacto al interior. Y soy todo apéndices auriculares, don Ricardito.


RICARDO

Pues verá usté; se trata de...


CAMARERO

Queda manufacturado el ir responsable.


ESPASA

¡Anda qué tío! ¡Este me ha heredao el cargo y el léxico!


(Hacen mutis al bar, seguidos del Camarero, que porta el café)


CLARITA

(Por la tienda, mirando hacia el bar)

Sí que está ahí, pero yo no me atrevo...


ASCENSION

(Sale tras ella)

¡Pero si es muy sencillo, mujer!


CLARITA

Sí, muy sencillo; a lo mejor me suelta un bufido que me alisa las ondas.


ASCENSION

No. Ricardo es inteligente y ha de agradecer que se lo digas tú. Dicho por mí, le dolería más.


CLARITA

Pero, ¿de verdad no le quieres?


ASCENSION

No. Le estimo. Es bueno, correcto... En fin, me parece lo que se dice un buen amigo; pero de eso a...


CLARITA

A... Claro, que sí, comprendido. Pero podíais tener una explicación.


ASCENSION

No me atrevo. Cuando me pidió relaciones, me preguntó que si le aceptaba por despecho. Se lo negué; bien sabe Dios que creí que en aquel momento odiaba a Joaquín... ¡Y le odiaba! ... Pero todo ha cambiado. Clarita; tú lo sabes. Joaquín es bueno y lo ha sido siempre. Y yo le quiero, porque siempre lo he querido. ¿Para qué dejar que pase el tiempo, que este hombre se confíe, y luego me reproche, con razón...?


CLARITA

Eso si es verdad.


ASCENSION

Además, en cuanto sepa que Ricardo y yo hemos terminado, vendrá Joaquín. ¿No crees tú?


CLARITA

A lo mejor.


ASCENSION

Pues anda... Te lo agradeceré toda mi vida... Si no es tan difícil... Mira: tú con ese salero que Dios te ha dado, te acercas, le saludas, entráis en conversación, y así, como dejándote caer, le dices que yo... que yo no le quiero.


CLARITA

Y el que me deja caer es él, de la bofetá que me atiza.


ASCENSION

¡Qué va, tonta! Te preguntará que cómo lo sabes, y tú, confidencialmente, se lo explicas. Siempre le dolerá menos que oyéndomelo a mí.


CLARITA

Bueno... Pero, por lo menos, esperaremos a que se vaya el Espasa.


ASCENSION

Claro. Tiene que ser a él solo...


CLARITA

Pues vamos a esperar desde la tienda, por que si sale y te ve...


ASCENSION

Sí, sí... Anda, entra, no sea que salga...


(Al mutis)


Y ya lo sabes... Tú le doras la píldora.


CLARITA

Mira, chica; por más que se la dore, le va a saber a aceite de ricino.


(Mutis las dos a la tienda. {En seguida, por la izquierda, Doña Mariana, seguida de Don Pedro Botero. Ella se dirige como una flecha a la tienda de flores, pero Don Pedro la contiene a tiempo)


DON PEDRO

¡Mariana! ¡Quieta, mujer! ¿Dónde vas?


DOÑA MARIANA

¡Si se me sale la alegría por los ojos, hombre!


DON PEDRO

¿Y por eso le vas a dar un disgusto al chico? No seas cotilla; anda para casa.


DOÑA MARIANA

Pero sí es que...


DON PEDRO

Que andes para casa, vieja.


DOÑA MARIANA

Oye tú, guayabo...


DON PEDRO

¿No comprendes que si se lo dices tú, le quitas al muchacho la alegría de la sorpresa?


DOÑA MARIANA

Por lo menos, déjame que la cuente el examen que ha hecho.


DON PEDRO

¡Y dale! ¡Qué examen ni qué mortero del cuarenta y dos!


DOÑA MARIANA

¿Vuelves a tus tiros?


DON PEDRO

Perdona, mujer, la costumbre...


DOÑA MARIANA

Pensé que ya no te acordabas.


DON PEDRO

Y no me acuerdo, no. Desde la última huelga me han dejado los tiros.... que se me cierra una puerta violentamente y me subo al vasar de la cocina... No me hables de tiros.


DOÑA MARIANA

Bueno, no te acuerdes ahora de eso. Volvamos a nuestro Joaquín... ¡Cómo subió al tribunal! ¡Qué guapo estaba! ¡Y cómo contestó aquello de los binomios y de los polinomios! ¡Y aquella figura tan bonita que hizo en la pizarra!...


(En un arranque hacia la tienda)


¡Yo se lo cuento!


DON PEDRO

Haz lo que quieras, pero vas a dar a Joaquín un disgusto en el día más feliz de su vida.


DOÑA MARIANA

(Parándose en seco)

¿Tú crees?


DON PEDRO

Seguro.


DOÑA MARIANA

Entonces... Entonces no... ¡Hijo mío!


DON PEDRO

Anda, vamos para casa.


DOÑA MARIANA

¡Qué requeteguapísimo va a estar él con su uniforme!


DON PEDRO

¡Pero mujer, si los ingenieros industriales casi no lo usan... Unicamente en los actos oficiales...


DOÑA MARIANA

(Al mutis)

¡Ah, pero le haré que se lo ponga en casa, para verle yo!


DON PEDRO

Bueno, mujer, anda.


DOÑA MARIANA

(Se detiene, se vuelve y mira hacia el taller)

¡De allí! ¡De allí salió! ¡Hijo mío! Por su esfuerzo... Con su trabajo...


(Llega hasta la puerta del taller y besa junto al quicio)


DON PEDRO

(Restregándose los ojos con el puño cerrado y con la voz velada por la emoción)

¡Vamos, mujer!


DOÑA MARIANA

(Muy emocionada también, pero haciéndose fuerte) No...si no...Si no era más que eso... ¡Nada más que eso, Pedro! Vamos. Nada más. (Y cogiéndose del brazo de Don Pedro hacen mutis)


ESPASA

(Por el bar, seguido de Ricardo)

Le diré a usté, don Ricardo...El encarguito... El encarguito se las trae.


RICARDO

No, hombre, no. Estas cosas dichas a una mujer por tercera persona no ofenden. En cambio, si se lo dijera yo...


ESPASA

Es que verá usté. Ya sabe que yo me tengo por un hombre culto y clero, verborréico y falaz, pero vamos, es que no doy con el eufemismo necesario para acercarme a la Ascensión y decirla, como dice el tenor del «Dúo de la Africana», que usté no ha nacido para casado...


RICARDO

No es eso justamente... Yo le aseguro a usté que quiero a Ascensión... Es guapa...


ESPASA

Madam Pompadour.


RICARDO

Buena.


ESPASA

Santa Ascensión.


RICARDO

Dulce.


ESPASA

La Dulcinea.


RICARDO

Honesta.


ESPASA

Doña Juana la Loca.


RICARDO

Y necesita un hombre –y lo merece– que consagre su vida a ella... Yo no puedo ser ese hombre...


ESPASA

Ni yo.


RICARDO

Yo estoy en un momento crítico de mi vida: preparando mi «raid» a América. Soy el primer aviador civil español que va a intentarlo...


ESPASA

Se me ha adelantao usté.

Yo iba a ir el jueves por la tarde.


RICARDO

No puedo distraerme, ni quiero entretenerla... Mis aspiraciones, mis ansias de infinito, no riman con la vida del hogar.


ESPASA

Infinito y hogar no riman, no, señor.


RICARDO

Ella es inteligente y ha de comprenderlo. Dicho por mí, sería cruel. Dicho por usted no la hará tanto daño.


ESPASA

No... a ella, no... Pero como le dé por contestarme con los tiestos... Dese usté cuenta de que yo no tengo la cabeza pa esas cosas.


RICARDO

Ahí salen, Espasa... ¡Por su madre! ¡Sáqueme de este apuro!


ESPASA

Que sí, don Ricardo, que bueno.


ASCENSION

(Sale de la tienda con Clarita)

(Ahí le tienes)


CLARITA

Ya lo veo, ya


ASCENSION

Anda con él!


CLARITA

Así... como si fuera una liebre.


RICARDO

(Desde lejos)

Buenos días, guapa.


CLARITA

Buenos días, Ricardo... ¿Me permites que le diga al Espasa dos palabras?


ESPASA

Justamente tenía yo que decir te otras dos.


RICARDO

Pues díganselas, que yo vuelvo en seguida.


CLARITA

No... Un momento, Ricardo.


RICARDO

¿Qué?


CLARITA

Que yo también tengo algo que decirle a usté.


RICARDO

Luego...


CLARITA

Ahora... Hágame el favor...


(Se acerca a él y hablan junto al velador del bar, en tanto que Ascensión y el Espasa hablan en primer término)


ESPASA

Soy todo membrana auditiva.


ASCENSION

No... usted primero.


ESPASA

Imposible l'hais dejado, Ascensión; tú primero.


ASCENSION

Pero si lo mío no tiene importancia. Ande, diga usted.


ESPASA

Aquiescencia es randibú.


ASCENSION

Ole, sí, señor. Venga.


ESPASA

¡Qué equivocación la de Dios, nenita guapa, cuando dio al hombre esta forma que le dio! ...


ASCENSION

Bueno, pero...


ESPASA

¡Qué error más craso, César y Pompeyo, chavala! Le debió dar la forma corpórea del guarrito, nena, ¡Porque es que hacemos cada cerdez!...


ASCENSION

¿Sí?


ESPASA

¿Hasta los más educaos, morena! ¿Qué te parece ese Ricardo, que debía de estar soñando con la próxima efemérides de vuestra concatenación conyugal, y va ahora y en una confidencia íntima –te lo digo pa que no hagas uso de ella–, va y me inhala que ve llegar la fecha con el mismo entusiasmo que el asustadizo lepórido ve aproximarse el siniestro tubo polvoriento del arma mortífera que le va a conducir al tomate?


ASCENSION

Pero, ¿qué está usted diciendo?


ESPASA

¿No te has enterado, verdad?


ASCENSION

No, señor.


ESPASA

Que es lo que yo quería.


ASCENSION

Pero me ha parecido comprender algo que... Venga, en castellano clarito: ¿qué le pasa a Ricardo?


ESPASA

Métete las manos en los bolsillos y escúchame con calma.


(Habla aparte con ella)


RICARDO

(Descomponiéndose)

Venga, Clarita, venga, sin rodeos. Eso es que Ascensión te ha encargado de que me des la cuenta, ¿no?


CLARITA

¡Caray, Ricardo, que usté no es una treintarrealera!


RICARDO

Pero es que termina conmigo, ¿no?


CLARITA

Eso, sí...


ASCENSION

(Dando un empujón a Espasa avanza hacia Ricardo)

¡Quite usté, tío visión!... Oye tú, Ricardo...


RICARDO

(El mismo juego a Clarita, y avanza hacia Ascensión, encontrándose ambos en el centro de la escena)


CAPO

Déjeme usté, Clarita! ¡Oye tú, guapa!


(Música)



Escena y dúo de Ascensión y Joaquín


(Cantado)


ASCENSION

¿Es que tú has creído

que a mí se me puede

dejarme tirá?


RICARDO

¿Es que tú te figuras

que a mí se me deja

y no ha pasado ná?


ASCENSION

¿Es que tú te imaginas

que a mí un postinero

me puede ofender?


RICARDO

¿Es que tú te has pensado

a mí me torea

ninguna mujer?


ASCENSION

Es que yo soy muy guapa

y me sobran galanes que

van tras de mí.


RICARDO

Es que yo no estoy pocho

y a mí las mujeres me

sobran así.


ASCENSION

Pues te marchas con ellas,

que ya de escucharte estoy

harta yo.


RICARDO

Pues haré lo que quiera,

con tal de no verte.

¡Y sanseacabó!


CAPO

Pero, ¿qué pasa aquí?


CLARITA

No te pues figurar.


ESPASA

Cirigorcias o así.


CAPO

¿Es que va usté a empezar?


ASCENSION

¡Hay que ver qué gachó!


RICARDO

¡Hay que ver que gachí!


ASCENSION

¡Qué camelo me dio!


RICARDO

¡El que me has dao tú a mí!


ASCENSION

Bueno, déjame en paz.


CAPO, ESPASA y CLARITA

Hay que entrar en razón.


RICARDO

Pero si es ella, que...


CAPO, ESPASA y CLARITA

Se acabó la cuestión.


ASCENSION

Hay que ver con qué humos

en medio de la calle

me viene a chillar.


RICARDO

Como tú, que a la cuenta,

si no te sujetan

me vas a pegar.


ASCENSION

Y el que a mí me avasalle

me grite y me asuste,

tendrá que nacer.


RICARDO y ASCENSION

(A un tiempo)

Y pensar que me achanto

por miedo a las voces,

se tiene que ver.


(Hablado sobre la música)


ESPASA

Pero vamos a cuentas:


(A Ricardo)


¿Usté no me ha dicho que la despache?


CLARITA

(A Ascensión)

¿Y tú a mí que le liquide?...


RICARDO

¡Ah!, ¿pero estábamos de acuerdo?


ASCENSION

¡Por lo visto!


(Cantado)


RICARDO

Hay que entrar en razón.


ASCENSION

Yo también te ofendí.


RICARDO

Ascensión, ¿me perdonas?


ASCENSION

Mi perdón está aquí.


(Le da la mano)


RICARDO

(Tendiendo la suya)

Y la mía leal.


ASCENSION

No me guardes rencor.


RICARDO

Yo seré un buen amigo.


ASCENSION

Yo tu amiga mejor.


CLARITA

Terminado el incidente

de manera conveniente,

ya no queda más que hablar.


CAPO

¡Acabaca, Caravaca!


ESPASA

¡Que me endiñes la petaca,

que esto ya es otro cantar!


(Sacándosela del bolsillo)


CLARITA

(Mirando hacia la izquierda)

¡Ahí viene el perdido!


ESPASA

¡Aquí sobran tres!


RICARDO

Uno dice adiós.


(A Espasa y Clarita, luego a Ascensión)


Y a tus pies.


(Sale por la derecha)


ESPASA, CLARITA y CAPO

Y los tres, pa no estorbar...

Nos metemos en el bar.


(Mutis al bar)


JOAQUIN

(Por la izquierda)

En esta calle hace tiempo

me despreció una mujer...

Y en esta calle pretendo

que me devuelvan aquel querer.

Si con un disfraz vestido

yo te quise conquistar,

ahora vengo, sin disfraces,

tu cariño a reclamar.


ASCENSION

En esta calle hace tiempo

alguien me quiso engañar,

y en esta calle pretendo

que a mí me busquen con la verdad.

Si con disfraz vestido

me quisiste convencer,

ahora quiero que de cara

me reclames el querer.


JOAQUIN

Ascensión, ¿qué dices?


ASCENSION

¿Qué voy a decir?

Que desde aquel día

sólo pienso en ti.


JOAQUIN

¿En mí?


ASCENSION

En ti.


ASCENSION y JOAQUIN

¡Cuánto me hiciste sufrir!


(Hablado sobre la música)


ASCENSION

¡Orgulloso! ¿No quería presentarse a mí de obrerito el señor ingeniero?


JOAQUIN

¡Emperador quisiera ser para merecerte!


ASCENSION

Oye, emperador, ¿Quieres acompañarme a llevar a tu madre el ramo de todos los días?...


JOAQUIN

Yo voy contigo a todas partes.


(Entra y sale en seguida con un ramo de rosas)


ESPASA

¡Eso es la fetén!


CAPO

¡Eso está sembrao!


CLARITA

¡Por fin se han arreglao!


ASCENSION

Andando.


JOAQUIN

Los dos juntos...Pero las flores se las tiene que dar a mi madre, como siempre... ¡la del Manojo de Rosas!


(Inician el mutis por la izquierda muy amartelados, al tiempo que Clarita, Capó y Espasa, desde el bar, levantan sus cañas brindando a la puerta del bar)



(Cantado)


JOAQUIN

¡Tiene carita de cielo

«la del Manojo de Rosas»!




FIN






VIVALDI by Cecilia Bartoli

Gelido in ogni vena Scorrer mi sento il sangue. L'ombra del figlio esangue M' ingombra di terror. E per maggior mia pena Veggio ch...